Por Valentín Varillas
Cerca de 76 mil millones y medio de pesos están presupuestados para este 2020, como gasto en becas educativas a nivel federal.
Se trata, sin duda, del centro medular de la política asistencial que se ensayará en este año, importantísimo para consolidar a la llamada Cuarta Transformación, previo a su primera prueba de fuego electoral: las intermedias del 2021.
La apuesta es clara: la entrega de dinero en efectivo a los jóvenes, en donde se encuentra una parte importante del voto que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, servirá para blindarlo de los yerros y omisiones cometidos hasta este momento, garantizando así un buen desempeño en las urnas.
Recibir estos recursos, en momentos económicamente muy complicados, será el antídoto más efectivo contra cualquier duda que pudieran llegar a tener los beneficiarios en torno a las bondades del nuevo gobierno.
En este contexto, no se ve cómo, este segmento del electorado pudiera optar por alguna otra opción política, poniendo en riesgo así la continuidad presupuestal de estos apoyos.
Por ejemplo, la Secretaría de Educación Pública destinará en total 71 mil millones y medio de pesos en becas educativas.
30 mil y medio irán para el Programa de Becas de Educación Básica para el Bienestar “Benito Juárez”.
Poco más de 4 mil millones para el Programa de Becas “Elisa Acuña”.
29 mil millones de pesos tendrán como destino la Beca Universal para Estudiantes de Educación Medio superior “Benito Juárez”.
Casi 28 mil millones más irán a parar en e programa Jóvenes Escribiendo el Futuro.
Por su parte, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), destinará 5 mil millones a becas de posgrado y apoyos a la calidad.
Por último y con un presupuesto francamente modesto -tal vez por no tener un potencial electoral siquiera parecido a los demás programas- la Secretaría de Cultura destinará 15 millones para el Programa Nacional de Becas Artísticas y Culturales.
Así las prioridades.
En el presupuesto 2020, se consideran también 170 millones de pesos por concepto de “Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos”.
Estos recursos representan el 1.3% del monto total de egresos de la federación.
El 9.5% del gasto educativo, es decir, funciones de educación más el presupuesto que tiene la SEP para funciones distintas a la educación y el 21.9% del gasto corriente en Educación Pública con respecto al gasto total que se entrega en becas en el ramo.
Nada mal.
Además de este programa de becas, sectores como adultos mayores, madres que son sostén económico de su hogar, madres solteras y jóvenes que no estudian ni trabajan, pero que están inscritos en programas de capacitación laboral en algún centro de trabajo .
Prioridades presupuestales que coinciden exactamente con el reforzamiento del voto a favor de Morena para intentar mantener la mayoría en la próxima legislatura de la Cámara de Diputados federal.
