Por Rocío García Olmedo
Hace unos días invitada por el Instituto de Investigaciones Legislativas, a través de su Director el Dr. Jorge Arrazola, fui una de las presentadoras del libro “Puebla, sus orígenes, caracteres e identidad” de la autoría del Dr. Manlio Barbosa Cano.
Una verdadera delicia que me permitió la oportunidad para conocer, explorar y reflexionar sobre nuestro Estado desde un interesantísimo enfoque antropológico.
El autor, presenta un panorama muy completo de la distribución y redistribución de la ciudad de Puebla y encuentra nuevas aristas para continuar investigando sobre temas que continúan siendo de la mayor importancia en nuestra entidad: la clase social, la etnia, el género, la geografía y en este caso las emociones de las personas.
Con mucha precisión y allegándose de una abundante memoria histórica plasmada en diversas investigaciones de muchos autores reconocidos poblanos, mexicanos y extranjeros, el autor construye esa gran riqueza de información que data desde la antigüedad hasta el posclásico, y que continúa en nuestros orígenes coloniales cuando Puebla queda rodeada por barrios indígenas de las más diversas etnias, regiones y países, europeos, asiático, africanos que al mezclarse, da como resultado un variado mestizaje.
Al inicio de la colonia conformándose un núcleo muy definido, una parte de lo que ahora es el centro histórico poblado por españoles unidos a mujeres indígenas pero conservando tradiciones europeas; y, las unidades indígenas rodeando la ciudad indígena refundada con sólidas producciones agrícola, ganadera, artesanal, textil que convierten a Puebla en un emporio económico, que después de varias reconstrucciones, este auge económico permite la construcción de este nuestro centro histórico que se conserva, frente a la modesta arquitectura de los barrios, pero que implícito llevó al contraste, con la consecuente discriminación racial y profundo desprecio y odio hacia los indios.
La “gente de razón” eran los europeos ¡claro! La legislación aplicada por la Corona lo documenta. Por el contrario los “indios” eran los “menores” no podían aspirar a entrar o permanecer en las ciudad, tenían vedada la distribución o venta de vino, mucho menos pertenecer a órdenes religiosas.
Era Puebla una ciudad jerarquizada expresión del poder real y eclesiástico, y también una ciudad centralizada.
Una minuciosa investigación hecha por el autor que enriquece con imágenes, citas de diversos autores, cronistas, investigadores y estudiosos de nuestra ciudad logrando fehacientemente visibilizar todos estos contrastes cuyas condiciones no variaron en el siglo XX y que sin duda dan pauta a las definiciones de lo poblano, entre otros que se plasman en el texto:
“Poblano chicharronero corta bolsas y embustero”
“Mono, perico y poblano, no lo toques con la mano…”
“Poblano loco y vano, poco fiel y mal cristiano”
Que construyen la apócope “pipope” que proviene de los veracruzanos y a lo que los poblanos respondieron con el de “pijama” nuestro folklor nacional.
Sin duda un sinfín de mitos y realidades del ser “poblano” se describen en este libro, muchas anécdotas de personajes distinguidos que incluso me atrevería a decir son recurrentes en la actualidad. Cuántas veces hemos escuchado o mencionado incluso nosotras/os mismos a la pregunta de ser poblanos, la repuesta “soy poblano pero no de la capital”
Por ello, muy recomendable la lectura de este libro “Puebla, sus orígenes, caracteres e identidad” en el que el autor va construyendo ayudado de diversos estudios la perspectiva de su análisis ubicándola en la antropología, de ahí sus descripciones referidas a aspectos negativo, pero también los positivos de los estratos y clases de la población de la ciudad de Puebla, atravesado por diversas manifestaciones como el racismo, el individualismo, lo que llama como “narcisismo maligno” pero también lo correspondiente a intercambios recíprocos, la nosotridad (el nosotros) llegando a ese contexto de diversidad que determina que esa confrontación de origen, ha determinado las relaciones de identidad, muchas veces aplicadas indiscriminadamente no sólo para los nacidos en la ciudad de Puebla sino en todo el Estado.
De esta manera, Dr. Manlio Barbosa Cano –el autor- nos muestra las diversas identidades, emociones, particularidades a través de la geografía, de esta nuestra identidad poblana, por lo que les invito a leerlo y proceder con ello a debatir sobre esas acepciones que se nos han adjudicado, pero fundamentalmente a comentar la riqueza de lo registrado en cada una de sus 235 páginas.