Por Rodolfo Rivera Pacheco
Como todos vimos en tomas de improvisados camarógrafos (todos los somos ya desde que traemos el celular como una extensión de nuestras extremidades), el pasado jueves 17 de octubre se desataron tremendas balaceras en la capital del Estado de Sinaloa.
No son las primeras que vemos en cadena nacional (las balaceras grabadas y difundidas en redes sociales se han vuelto normales en nuestro país desde hace varios años), pero con el paso de las horas nos fuimos enterando que se habían motivado por la captura y posterior liberación de uno de los hijos del “Chapo Guzmán”, líder del más poderoso cártel del narcotráfico mexicano en su momento (hoy ya hay otros).
Y a partir de ese momento se desataron también versiones y contraversiones de lo que había ocurrido.
Lo cierto es que el hijo del poderoso narcotraficante hoy preso y condenado en Estados Unidos, primero fue capturado y luego liberado por los mismos militares, supuestamente por órdenes de las más altas autoridades (AMLO reconoció que él estuvo de acuerdo en la liberación junto con su gabinete de Seguridad).
Y esto fue lo que quedó en el imaginario colectivo, con conclusiones contundentes: El Gobierno se rindió ante los grupos criminales y ellos son los que “mandan” en México (de hecho así titula hoy su portada la revista Proceso).
Y también a partir de ese momento se ha desatado una enorme polémica nacional (medios, redes sociales, analistas nacionales e internacionales y hasta en las propias familias), entre los que atacan y abominan la decisión del Gobierno federal de AMLO y los que defienden su postura.
Con desmemoria de unos y otros, por cierto.
Y pues para contribuir al debate, yo también quiero externar mi muy humilde opinión, intentando ser un poco objetivo, en un momento de altísima polarización y bandos políticos. En puntos, como siempre, como buen profesor.
- Las balaceras entre grupos criminales y autoridades (policías, Ejército, Marina, etc.) NO son nuevas en México. Todos hemos presenciado decenas de ellas los últimos 20 o 30 años. Decir que por los enfrentamientos del jueves hay un “Estado Fallido” es tener mala memoria, pues entonces desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1993, cuando se dieron las tremendas balaceras en el aeropuerto de Guadalajara y en la que murió el Cardenal Posadas Ocampo y todas las que vimos durante los Gobiernos de Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto) habría un “Estado Fallido” en México. Aquí empieza la mala memoria de panistas y priístas que hoy exigen la renuncia de AMLO y todo su gabinete por ineptos.
- Efectivamente, la desmemoria también está del lado de los defensores de AMLO. Hay videos contundentes del entonces precandidato presidencial, fustigando a Peña Nieto y “todo su Gabinete de Seguridad” por haber permitido la fuga del propio Chapo Guzmán en 2015 del panal de “Alta Seguridad” del Altiplano. AMLO dijo que el gobierno de EPN estaba haciendo el ridículo y que éramos el hazmerreir en el mundo. Hoy no quiere que le recuerden eso para nada.
- Sí, capturar y luego liberar a un líder criminal deja muy mal parado al gobierno de AMLO. Medio mundo coincide en que eso demuestra que el gobierno se “rinde” ante los criminales y que eso demuestra “ausencia de autoridad”. Y es cierto. Pero también lo es que quien menos puede criticar estos hechos es Felipe Calderón y sus partidarios (panistas… pero él ya hasta se salió del PAN), pues durante su gestión jamás “pudo” capturar al Chapo Guzmán y mucho se ha hablado en reportajes de periodistas serios mexicanos y extranjeros de que lo protegía él o al menos parte de su gabinete de Seguridad, destacando Genaro García Luna. También es cierto que durante el gobierno de Calderón (2012) se capturó al líder del sanguinario Cártel Jalisco Nueva generación, Nemesio Oseguera, en Jalisco, para luego ser liberado después de tremendas balaceras y narcobloqueos, por órdenes del Gobernador panista Emilio González Máquez.
Vaya, es pésimo, terrible, cobardía y mil calificativos más, que capturen y después se libere a criminales… pero el gobierno de AMLO NO es el primero en hacerlo.
- Mucho se habla (hoy todos en redes son “analistas de seguridad nacional”, como todos son “expertos en fútbol y arbitraje” cada vez que juega su equipo) hoy del “Estado Fallido” porque el gobierno de AMLO no pudo contra la fuerza letal (efectivamente, armados con fusiles “Browning” calibre 50 de fabricación y venta norteamericana, con los que pueden atravesar tanques militares… cuanto más simples muros de casas) de los criminales en Culiacán. Y sí, es cierto. Pero también lo es que esa fuerza letal ya había tomado media capital sinaloense, ya tenía capturados a militares y sus familias y amenazaban con desatar una masacre al no tener ya nada que perder, pues su líder estaba capturado. Se la jugaron y les funcionó.
Puede uno estar o no de acuerdo (los enemigos de AMLO estarán en contra de TODO lo que haga, seguramente lo vomitarían si efectivamente hubiera habido la masacre evitada, pues) con la decisión de AMLO y su gente… pero al menos hoy no estamos lamentando la muerte de decenas o centenas de civiles y militares (porque hoy esa sería la nota mundial y los detractores de AMLO gritarían que sería un sanguinario, maldito loco, déspota y… mil calificativos más).
- Y en serio perdónenme, admiradores de Calderón. Su “estrategia” de enfrentamiento “total y frontal” contra el crimen organizado (que ya hemos visto que no fue del todo cierta) y que provocó miles de muertos y desaparecidos… ¿provocó que el narcotráfico desapareciera y las bandas criminales se replegaran y hoy vivamos un Estado pacífico y sin violencia? ¿La estrategia de Calderón que hoy tanto extrañan los panistas (aunque Calderón ya NO es panista) funcionó y México nunca fue un “Estado Fallido”?
Perdón (nuevamente), pero eso no es cierto. Los miles de muertos de Calderón NO sirvieron para NADA. Al contrario, los cárteles se dividieron, se multiplicaron y hoy tienen efectivamente tomado el país.
¿La estrategia de AMLO funcionará? ¿Los abrazos y no balazos darán resultados distintos? No tengo la menor idea. Pero al menos es una estrategia distinta a una que ya se puso en práctica y NO funcionó.
- Finalmente, los críticos de todo lo que hace AMLO tienen toda la razón en atacar y fustigar a su Gobierno por estos hechos. AMLO se dedicó a pregonar que todo iba a cambiar cuando él llegara al poder. Pero hoy se enfrenta con la cruda y terrible realidad. Lo he dicho decenas de veces últimamente: NO se puede gobernar con declaraciones y echando la culpa de todo lo malos a los gobiernos pasados. YA tiene que haber resultados concretos, medibles. Su base social que lo apoyó en 2018… empieza a bajar, todos los encuestadores lo estamos registrando.
- Pero reitero, hay desmemoria de uno y otro bando. Los anteriores a AMLO son muy críticos pero también muy cínicos. Los pejemaníacos no entienden que ya es hora de cumplir todo lo prometido y no nomás seguir quejándose. Es la polarización tan dañina que estamos viviendo los mexicanos y que no es nada buena para el país.
Vienen tiempos difíciles, eso sí. No quiero pensar qué va a pasar en las próximas elecciones… 2021 y 2024. Ooooops.