Por Alejandro Mondragón
Cada vez más fuerte circula la versión de un inminente gabinetazo en el Ayuntamiento de Puebla, al margen del cabildazo que prolifera en los medios de comunicación.
Titulares de secretarías y organismos se han reunido en privado para plantear la conveniencia de presentarle a la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco la renuncia de todo el equipo.
Nada tiene que ver el gobernador Luis Miguel Barbosa o sus operadores en esta trama. Mujeres y hombres en el primer nivel de la estructura burocrática municipal se cansaron que sus propuestas y proyectos queden marginados, olvidados y no les haga caso.
Y todo porque –aseguran- la alcaldesa se volvió rehén de un grupo cerrado, sin visión en la administración pública, experto en la adulación y el mundo feliz del poder.
A este grupo lo tienen ubicado con nombre y apellido.
Opera desde la Oficina de la Presidencia y los responsables –según algunos secretarios y secretarias consultados por Al Portador- son:
Javier Palou, jefe de la Oficina; Andrés García Viveros, coordinador ejecutivo de Proyectos Estratégicos; Ollín Rivera, operador de giros; Roberto Zataraín, alter ego; Gerardo Oviedo, asesor del asesor; y el particular, Ángel Soto.
Los señalamientos en medios sobre malas decisiones, turismo municipal, moches, venta de plazas, vigilancia indebida, nepotismo, despotismo y demás yerbas han molestado al gabinete.
No quieren que se etiquete a todo el equipo por unos cuantos. El problema es que ellos ejercen el control, toman las decisiones y encapsulan a la alcaldesa para perseguir sus fines.
Se cumple un año de gobierno en menos de un mes. No hay obra emblemática municipal, los baches, deficiente alumbrado, calles sucias, ambulantes y, sobre todo, la inseguridad, representan los focos rojos para un 2020 que se avecina previo a la elección intermedia del 2021, donde los pronósticos despintan de color Morena al Palacio de Charlie Hall.
Sin duda, la decisión corresponde a la alcaldesa Rivera Vivanco. Tiene enemigos afuera, poderosos, pero no debe cobijar a los de adentro que son peores.
Con amigos y amigas no se puede gobernar la cuarta ciudad más importante del país.