21-11-2024 04:40:18 PM

Educarse en la incomodidad y el extremo: Wim Hof

Por Abel Pérez Rojas

 

El camino que han elegido algunas personas para formarse en situaciones extremas evidencia el efecto pernicioso de los ambientes cómodos que hemos creado, de tal manera que el confort se convierte en una serie de situaciones que nos atrofian e impiden que seamos conscientes del potencial que podemos desarrollar.

Sé que esto parece una postura fuera de lugar cuando la humanidad ha realizado un gran esfuerzo para avanzar en torno a la conquista del bienestar de las personas, pero si contrastamos el planteamiento inicial con ciertos ejemplos de vida veremos con mayor claridad a lo que me refiero.

Para ejemplificar cómo es que el confort nos ha privado de ciertos niveles del desarrollo de nuestras facultades quiero compartirte parte de la vida y trayectoria de Wim Hof, conocido también como The Iceman.

Después de transitar por un periodo de profunda depresión debido a una desgracia familiar, Wim se adentró en la práctica de la meditación, del yoga y algunas artes marciales.

Dentro de sus búsquedas empezó a considerar el frío como uno de sus maestros, de tal manera que se sumergió literalmente en sus profundidades.

The Iceman ha realizado proezas impensables como correr por el Everest y por varias montañas del mundo exclusivamente en calzoncillos, ha nadado bajo el hielo casi sesenta metros, ha permanecido cubierto de hielo -excepto su cabeza- alrededor de dos horas.

Sus hazañas con el frío o en el extremo calor son incontables y se han traducido en veintidós Récords Guinness.

Hof se ha sometido a estudios científicos con diversos laboratorios universitarios para que puedan ser testigos de calidad de sus logros y documenten qué sucede en su organismo que lo convierte en alguien extremadamente resistente.

A Wim se le han inyectado algunas sustancias para inducirle determinadas enfermedades, el resultado encontrado por los investigadores demostró que es inmune a ellas, debido a que voluntariamente puede controlar su sistema inmunológico.

En fin, son muchas las hazañas de este hombre, te invito a que leas más sobre su vida y obra.

Sin embargo, hasta este punto de lo que te he compartido sólo he bosquejado a un hombre extraordinario que raya en el punto de lo asombroso, pero que su ejemplo podría reducirse exclusivamente a su persona, es decir, al ámbito individual.

Consciente de ello, Wim sostiene a cada momento que cualquier otra persona debidamente entrenada puede desarrollar lo mismo que él.

Por eso a la par de sus exhibiciones y conferencias, imparte cursos de entrenamiento denominados Método Wim Hof.

En efecto, quienes se entrenan durante un mes bajo su método, pueden realizar acciones muy parecidas a las de Wim, así como realizar progresos en el control de la depresión, la angustia, las preocupaciones, la modulación de su carácter, entre otras cuestiones que a los participantes les parecían prácticamente imposibles.

El punto clave del Método Wim Hof está en la respiración, en la hiper oxigenación del cuerpo y en el contacto gradual con el frío a la par de practicar meditación.

En los dos párrafos anteriores está el punto central de lo que te quiero compartir en este artículo.

El caso de Wim es de alguien extraordinario que ha traducido su grandeza en un método que puede ser comunicable, aprendido y los resultados replicables.

De acuerdo con las palabras de The Iceman, el frío se convirtió en su maestro, lo cual es evidente, pero lo que también salta inmediatamente a la luz es que Wim se ha convertido en un maestro con todas las herramientas a la mano para desbaratar nuestros paradigmas de la comodidad, y mostrarnos que más allá de lo que llamamos cierto bienestar, está una filosofía y forma de vida que seguramente podría curar a muchas personas alrededor del mundo.

The Iceman se formó, se forjó y se reeducó, a la par de que ha ido contribuyendo a que otros se formen a sí mismos.

Wim Hof es un claro ejemplo de lo que es un educador permanente en la extensión de la palabra.

Él nos ha mostrado, como tantos otros alrededor del mundo, que es posible alcanzar resultados extraordinarios si nos forjamos en la incomodidad y el extremo.

Valdría la pena reevaluar nuestros hábitos, las vías por las cuales estamos accediendo al saber, a fin de atrevernos a andar otros caminos.

Por lo pronto yo ya empecé con algunas de las prácticas de Wim Hof, espero más adelante compartirte mis resultados.

Vale la pena intentarlo, ¿o no?

Nos vemos en la próxima entrega. Te espero.

 

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