Por Rocío García Olmedo
Mi partido político el Partido Revolucionario Institucional, (PRI), inició un proceso de renovación de la dirigencia nacional que cubrirá el período estatutario del 2019 al 2023, el método aprobado fue Consulta a las Bases.
La fecha señalada para la elección interna será el próximo domingo 11 de agosto, podremos votar, quienes somos miembros afiliados registrados en el padrón de registro partidario, que podemos consultar en la página del PRI nacional. Lo que aún no sabemos es la ubicación de las casillas que se instalarán en el estado de Puebla, para saber los lugares a los que deberemos acudir. En aras de la transparencia y la buena conducción del proceso interno, esperamos conocerla a la brevedad.
Abordo el tema, no sólo por la importancia que como militante representa este proceso, hoy inmerso en un estado en el que por tercera ocasión hemos conocido la derrota en el cargo de gobernador; lo hago también porque tenemos la obligación de explorar el futuro del PRI vinculado al sistema de partidos políticos, a partir de lo que desde el ejercicio del poder actual a nivel nacional estamos atestiguando.
¿Para qué queremos un proceso interno de elección de nuestra dirigencia?
¿Queremos en Puebla que continúe aflorando en toda su magnitud las inercias y los vicios de antaño?
¿Queremos seguir desprendiéndonos de nuestros principios y con ello negar los 80 años de estabilidad política y progreso social que construyó el PRI en el estado y en el país?
¿Olvidamos que en Puebla, ocho años con gobernadores adversos, generó una gran desbandada de priistas, primero hacia el PAN y su alianza y hoy hacia MORENA y sus aliados?
Y a pesar de muchos, aquí estamos, una militancia que no sólo la conforman los/as actores políticos que hemos tenido la oportunidad de ocupar alguna posición de representación política; la conforman y la sostienen todas y todos los militantes que con sus diversos liderazgos se encuentran a lo largo y ancho de nuestro estado. Que siguen creyendo en el PRI, muchos románticos pero con la flama del orgullo de pertenencia priista, y esto es producto de que el priismo poblano tiene arraigo, tiene historia. No en balde el número de militantes registrados nos ubica en los primeros tres lugares de mayor registro de militantes priistas en el país.
Por eso importante la elección interna del PRI para Puebla y para el país, por eso tenemos que decir ¡Basta! , no queremos más un partido enano que solo sobreviva en los terceros lugares en las elecciones.
Tenemos que reconstruirnos en torno a un partido político, fuerte, sólido, estable, que actúe en honestidad y con seriedad. Nuestra preocupación actual debe ser el futuro inmediato del PRI convertirnos nuevamente en una opción para la ciudadanía. Obligado, porque este país y este Estado necesita un PRI fortalecido que pueda ser el contrapeso del gobierno de un solo hombre, que si no logra controlar a los propios, se vislumbra la posibilidad de un colapso de partidos políticos en nuestro país, que nos convierta ya no en Venezuela, sino en Filipinas o hasta en Perú en que el Presidente “cerró” el Congreso, para mantener su poder ilimitado por una década.
Por eso priistas, el 11 de agosto debemos salir a votar.
Vamos a votar por nuestras causas, esas causas que nos unen a los priistas de cepa.