29-03-2024 01:26:16 AM

El factor dinero

Por Jesús Manuel Hernández

 

Los viejos políticos decían que una elección se ganaba con dinero, lo de los votos, los operadores, la campaña, la publicidad, etcétera, eran asuntos secundarios, lo importante era tener el dinero para pagarles a todos.
De ahí que cuando alguien intentaba una candidatura a gobernador empezaba acercándose a los “donadores”, hacia sus cuentas, pasaba la charola para ir financiando los gastos.
Hubo casos de empresarios que encendían varias veladoras, le daban a uno y a otro, para no quedar mal con nadie, aunque siempre el candidato del PRI era el principal beneficiado.

El PRI era el especialista en estos métodos del pasado, sólo el morenovallismo, nacido entre el priísmo, logró superar los métodos, si alguien sabía usar el dinero en campañas y grillas era Rafael, eso nadie lo dudaba.

Uno de sus más certeros golpes fue contratar a los mejores operadores de los últimos sexenios y con ellos armar un equipo, con dinero que sí bajaba, supervisando las entregas, puntuales, y evitando las pellizcadas.

Los viejos políticos nunca ponían un centavo de sus ahorros, incluso decían que una buena campaña no sólo se ganaba con el dinero de otros, también permitía, bien administrada, aumentar los ahorros personales.

En el sexenio morenovallista el dinero fue un factor más que importante, generarlo, guardarlo y emplearlo en los objetivos políticos. Por tanto, los aliados del morenovallismo, los partidos cooptados por su cartera, se acostumbraron al factor dinero como elemento clave para ganar.

Cuentan que en la primera reunión del prospecto de “cuarto de guerra” del PAN encabezado por Genoveva Huerta y otros panistas, se acercó uno de los hombres clave del morenovallismo y les recordó la importancia del dinero, fuera, quien fuera el candidato, se necesitaría dinero para ganar. Nadie lo aceptó, salió de la reunión y nunca volvió.

Los candidatos del pasado eran muy cuidadosos en los orígenes del dinero “prestado” para financiar la campaña, si bien una regla no escrita los comprometía a devolverlo con favores en negocios, compras, licencias, obras, etcétera, se intentaba que el efectivo viniera de personas honorables.

Ahora que está de moda el tema de Kamel Nacif y Mario Marín, los miembros de aquella burbuja, seguramente deben estar recordando de dónde salió el dinero de la campaña, de dónde los préstamos y cómo tuvieron que pagarse.

Ahora, bien, lo de las campañas por el gobierno de Puebla, tienen un común denominador, no hay dinero; en el PAN y sus aliados, nadie presta ni para lápices y en el PRI, el dinero, brilla en las cuentas personales de sus beneficiados, pero nadie voltea a dar ni siquiera el religioso diezmo.

O por lo menos, así me lo parece.

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