Por Alejandro Mondragón
Ya no escucha, menos comunica, todos y todas le ven la cara para jalar algún moche y, lo peor, se peleó con empresarios, universidades, organizaciones no gubernamentales.
Su imagen mediática anda por los suelos. Ni en su partido, Morena, la consideran para nada. Con el candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa, no hay relación y los morenovallistas con Enrique Cárdenas ya tienen los dardos para exhibirla en campaña.
Se convirtió en un pasivo. Sus aliados, César Yáñez y el hijo de Andrés Manuel López Obrador ya nada pueden hacer, porque el presidente tampoco quiere saber nada.
Los regidores de su propio partido le han dado la espalda e incluso orquestan un cabildazo; a los diputados los descalifica cuando ellos serán los responsables de aprobar sus cuentas públicas; y su acción de gobierno se limita a las selfies.
Aunque se ha vuelto un pasivo, no representará un daño en la elección extraordinaria debido a dos factores: el bono democrático que tiene López Obrador y el rechazo al morenovallismo, por encima de cualquier otra fobia.
El problema será para el 2021, las elecciones intermedias, donde tendría que hacer un gobierno en la tónica de la 4ta. transformación para que Morena gane las diputaciones federales y locales en la capital.
El control político de la zona metropolitana lo tiene, sin duda, el alcalde de la San Pedro Cholula, Luis Alberto Arriaga y atrás viene la de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popoca, mientras Rivera Vivanco sumergida en frivolidades.
No pudo ganar y menos organizar los plebiscitos en juntas auxiliares. Sus presuntos candidatos terminaron con el galicismo y barbosismo.
Los funcionarios municipales se despachan con la cuchara grande. El tesorero, el de administración, obra pública y giros negros. La inseguridad es la que gobierna a una ciudad oscura, llena de basura, inundada de ambulantes y repleta de baches.
Los pleitos en la gabinete cada vez son más que evidentes, entre su coordinador de la Presidencia, Javier Palou y la secretaria general, Liza Aceves. El síndico fue exhibido en corruptelas.
La crisis que enfrenta el gobierno municipal se resuelve con arrogancia y mucho doctor o maestro que cree que la academia es la solución a una crisis de competencia.
¿Una invitación a un cargo federal podría ser una opción?
Ahora enmarque la declaración de la lideresa Yeidckol Polevnsky de revisar al gobierno de la alcaldesa.
Ya se evalúan escenarios, porque dejar crecer el problema se volverá un desastre.