Por Alejandro Mondragón
Dante Delgado, líder moral de Movimiento Ciudadano, estaba enfadado, encabronado, molesto… fúrico.
Tenía motivos suficientes después de la llamada telefónica que le hizo Claudia Ruiz Massieu, lideresa nacional del PRI, para informarle que su representante en Puebla, Fernando Morales Martínez, la había visitado.
La razón era simple: Movimiento Ciudadano se sumará al PRI con Enrique Doger Guerrero a la candidatura por la gubernatura.
Lo desautorizo rotundamente a cualquier acuerdo que involucre a Movimiento Ciudadano, le dijo para después colgar.
Dante llamó a la diputada local de MC, Maiella Gómez, la morenovallista, para informarle que ella y nadie más será la carta para la extraordinaria de Puebla y que Fernando Morales sería relevado de sus responsabilidades en el partido.
¿Y la encuesta que se levantaría con Enrique Cárdenas, Maiella Gómez y Martha Tagle?
Sí, en el basurero de la casa de Dante Delgado.
Oootra vez timarán a Cárdenas, aunque en términos prácticos tropezó por segunda ocasión con la misma piedra. Seguro culpa a la roca.
Hasta el momento, se desconoce la reacción de Fernando Morales. En una de esas se regresa al PRI.
Lo cierto es que los partidos nacionales ya asumieron que no se van a pelear con Morena de López Obrador y menos por Puebla.
Quizá de ahí el perfil bajo de algunos aspirantes, cuya participación será testimonial.
En el PRI pujan fuerte por Ricardo Urzúa; en el PAN se fortalece Guillermo Velázquez, edil de Atlixco; el Panal irá sin candidato; y los demás jugarán de comparsas de Morena.
Así, el tamaño de la oposición.