19-04-2024 01:58:15 PM

Réquiem al morenovallismo

Por Alejandro Mondragón

 

Apenas se confirmó la noticia de la muerte de la gobernadora Martha Érika Alonso, el diputado local Héctor Alonso Granados se puso su mejor traje oscuro con corbata roja, camisa blanca.

 

Se fue a la sede del Poder Legislativo a convocar una reunión para que fuera investido como gobernador interino de Puebla.

 

Poca respuesta obtuvo. Fue citado al día siguiente en el Hotel Marriot, del bulevar Hermanos Serdán, con toda la nomenclatura de Morena, en un encuentro encabezado por el subsecretario de Gobernación, Zoé Robledo.

 

Llevaba el mismo traje, camisa y corbata. Esperaba que en esa reunión fuera nombrado el góber interino de Puebla.

 

Le dijeron a él y otros que se tenía que respetar el luto y esperar los tiempos, porque el tema se resolvería en el ámbito federal.

 

Olga Sánchez Cordero regresó de las exequias de los Moreno Valle. La recibió el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le dijo que correspondería al PAN proponer al góber interino.

 

Trátalo con Yeidckol (Polevnsky, lideresa nacional de Morena) y lleguen a un acuerdo, fue la sugerencia.

 

Por aquí salió Cordero y la dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional fue notificada del tema desde Palacio Nacional.

 

A su interlocutor, Julio Scherer, consejero jurídico de la Presidencia, le dejó en claro que con el control del Congreso local la posición sería para Morena, a efecto de dar el último golpe al panismo.

 

La circunstancia de Morena comenzó a alinearse a los astros, a partir de los errores que comenzaron a cometer los propios panistas. Los morenovallistas se enfrascaron en sus propios pleitos.

En el discurso de los funerales que no pudo revisarlo la familia Moreno Valle Alonso, Luis Banck entró como el candidato natural a la gubernatura, cuando levantó el puño para reclamar justicia, ahí se acabó su suerte.

 

Olga Cordero quiso respetar su compromiso, pero la decisión ya no estaba en Palacio Nacional, sino en manos de Scherer y Polenvsky, quienes dejaron la operación local al ex candidato Luis Miguel Barbosa.

 

Obligaron a Cordero a pedir una terna a los panistas, pero estos sólo mandaron el nombre de Jesús Rodríguez Almeida.

 

Dejaron correr el tiempo, mientras en Puebla afinaban la estrategia para que Guillermo Pacheco Pulido emergiera como una carta natural, ante el desgaste de Morena.

 

Se acortaban los plazos, volvieron a pedir una terna a Cordero. El representante del morenovallismo, Max Cortázar no tuvo más remedio que darla: Rodríguez Almeida, Luis Banck y se anotó él mismo.

 

Banck no transitaría, y los otros dos carecían de la carta de vecindad. Los morenovallistas en la parálisis hacia fuera, pero en una guerra intestina adentro, jamás se percataron que si perdían el gobierno se acababa todo.

 

No les quedó otra más que incluir a Gerardo Islas en la terna con Pacheco y Rodríguez Almeida, pero tampoco transitaría.

 

Les fueron tendiendo la cama. Se fueron con la finta de los pleitos internos en la fracción parlamentaria, donde el único que se la creyó fue Héctor Alonso.

 

En la coyuntura se atravesó la aprobación de la Guardia Nacional, donde el PAN se rehusó a validarla, lo que aprovechó el PRI para consumar su negociación en Puebla con Morena y ser el tránsito en el interinato.

 

En Palacio Nacional se aisló más la propuesta de Cordero y operaron para llegar el día de la definición del interno con el respaldo por la causa de Pacheco Pulido de 35 de 41 votos.

 

Todo estaba cocinado con antelación. Las traiciones en el PAN eran una realidad y al final la votación quedó 40 a favor y una abstención.

 

El último reducto del morenovallismo se perdió: el gobierno del estado. Hoy no tienen nada, a muchos ni la vergüenza les quedó.

 

Le quitaron cualquier defensa  a la dirigencia nacional. Todavía Rafael Moreno Valle Suárez pidió a todo el gabinete que presentara su renuncia en bloque.

 

Tampoco le hicieron caso.

 

Así se fraguó la muerte del morenovallismo, mientras Alonso Granados, todavía con su traje oscuro, camisa blanca y corbata roja cree que no le cumplieron en su petición de ser él el gobernador interino.

 

Hágame el chingado favor.

 

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