Por Alejandro Mondragón
A las exequias en Puebla de Doña Nora Beatriz Müller Bentjerodt, madre de Beatriz Gutiérrez, el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó triste y se fue más que enojado.
Se enteró que el flamante senador Alejandro Armenta Mier había ofrecido al rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, a nombre de AMLO la gubernatura interina si se anulaba la elección en el estado.
Era 4 de diciembre del 2018 y cuatro días después el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación rechazó la repetición de los comicios.
No hubo daño colateral, pero sí la molestia de que nadie podía hablar ni ofrecer nada a nombre suyo, sobre todo porque se trabajaba con otro perfil ya.
Quizá lo que ocurrió en la última visita de López Obrador en Huauchinango se explique aquí. A Armenta no lo dejaron subir al templete y le asignaron un lugar lejos de los ojos del Presidente.
El video que subió el propio senador gritando a López Obrador que le iba a entregar un expediente, junto a su compañera de fórmula Nancy de la Sierra, lo diga todo, pues nunca lo dejaron cruzar la línea de seguridad.