Por Jesús Manuel Hernández
Tuvieron que pasar unas cinco décadas para que un discurso en el seno del Palacio Municipal, pusiera en valor la actuación de los movimientos de izquierda contra la oligarquía poblana y presentara un estilo diferente, más cercano a la legalidad en torno al ejercicio del poder.
Claudia Rivera es la primera mujer en conseguir la Presidencia Municipal de la capital por una corriente que tradicionalmente había sido excluida y prácticamente cooptada sobretodo en sus filas universitarias.
En el discurso sólo tuvieron cabida, Luis Rivera Terrazas, Sergio Flores y Alfonso Vélez Pliego, quizá faltó el doctor Julio Glockner Lozada pionero en estos movimientos de la entonces UAP.
Pero este primer signo de congruencia ideológica fue opacado por una escena que quizá debió haberse evitado.
Por verdadero oficio político Claudia Rivera se abstuvo de invitar a los contendientes en la disputa por el Gobierno de Puebla, ni Martha Erika Alonso ni Luis Miguel Barbosa recibieron convocatoria.
Sin embargo, la señal de MORENA fue contraria, la propia presidenta del movimiento invitó a Barbosa y ambos hicieron entrada a mitad del discurso llamando la atención de los presentes e intentando comprometer la actitud de Rivera Vivanco en el tema de la impugnación electoral, un asunto que será sentenciado por autoridades federales.
Hay que reconocerle “tablas” y “oficio” en esta primera escena donde Claudia Rivera ha dado una muestra de que será la Presidenta Municipal de todos, no sólo de la izquierda.
O por lo menos, así me lo parece.
