28-03-2024 06:09:35 AM

La alianza PRIAN en Puebla

Por Alejandro Mondragón

 

En la ruta de extinción entró el PRI en Puebla con dos bandos que se disputan el control del partido, pero no para rescatarlo, sino para entregárselo al morenovallismo, mediante la figura de Gobierno de Coalición.

 

Ya en el 2011, el PRI abdicó al derecho de ser oposición y durante todo el sexenio, los acuerdos entre Enrique Peña Nieto y Rafael Moreno Valle abonaron al descrédito social del Revolucionario Institucional.

 

Refugiarse en la lideresa nacional, Claudia Ruiz Massieu, es como dejar la Iglesia en manos del Padre Maciel. Es la principal promotora de la alianza.

 

Nadie olvida que Ruiz Massieu formó parte con Moreno Valle de la bancada de la maestra Elba Esther Gordillo en 2003 y que como secretaria del gabinete de Peña, siempre lloraba porque –decía- el gobierno morenovallista era un ejemplo a seguir y que se sentía orgullosa de venir a Puebla.

 

En la medida que el PRI se aleje del peñismo y morenovallismo mejores opciones de sobrevivencia tendrá, pero todo apunta a que sigue los pasos del PRD en su alianza con el PAN. Hoy sin recursos, desmantelado y condenado a desaparecer. Es un auténtico cero a la izquierda.

 

 

El problema del PRI es que dos bandos se disputan el control para ofrecerle su “oposición” al próximo gobierno.

 

En un lado aparece el grupo de Enrique Doger que pelea con todo para ocupar el cargo en el gabinete de Martha Érika Alonso. En su poder se encuentran las actas de casillas que ha querido Morena y Luis Miguel Barbosa tener para cotejar con las suyas y documentar mejor su impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

 

Una prueba de amor que había ofrecido el dogerismo al morenovallismo era acompañar a los diputados de la alianza Por Puebla al Frente en las votaciones relevantes para impedir el desmantelamiento del andamiaje del Maximato.

 

No ha sido así. Pero ello obedece a que los intereses de Jorge Estefan Chidiac han orillado al PRI a sufragar con la causa de Morena. Tampoco crea que por convicción, sino para romper los acuerdos dogeristas.

 

Los marinistas se han metido con todo también para recuperar al PRI para sus intereses, pero existen liderazgos regionales que han repudiado que el tricolor forme parte de un gobierno de coalición con el morenovallismo.

 

Otro ingrediente más que puede mover la balanza al dogerismo y morenovallismo aliado es el agandalle del líder real del Congreso, José Juan Espinosa con los concejos municipales.

 

Quedarse con el control de los ayuntamientos arrebatados al PRI, como que lo definen en esto de los acuerdos legislativos frágiles.

 

 

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