Por Valentín Varillas
Una sorpresa mayúscula se llevó Edgar Garmendia de los Santos, al asumir como dirigente estatal interino de Morena en Puebla y darse cuenta que no había un solo centavo en las finanzas del partido.
Sí, ni un peso para afrontar siquiera los gastos y necesidades básicas que tiene este instituto político para los próximos dos meses y medio.
Esta realidad sorprende, si se supone que estaban presupuestados anualmente, los recursos que se destinarían a las campañas y aquellos que servirían para la operación del Movimiento en el estado.
Ante esta situación y la falta de respuesta de quienes tuvieron en sus manos el manejo de los dineros al interior de la izquierda poblana, a Garmendia no le quedó más remedio que iniciar un penoso periplo a la Ciudad de México en busca de apoyos por parte de los liderazgos más importantes de Morena.
Aprovechando el conteo voto por voto, llevado a cabo por el Trife en la capital del país, el nuevo dirigente poblano del nuevo “partidazo” se sentó a cabildear el tema con personajes con derecho de picaporte en la cúpula más cercana a Andrés Manuel López Obrador.
Ahí, Garmendia expuso las necesidades presupuestales para, por lo menos, poder cerrar el año con dignidad, las cuales rondan los 5 millones 670 mil pesos.
Medio millón de pesos tan sólo para cubrir el gasto corriente del Comité Directivo y secretarios operativos.
Esto es: oficina, nómina, gasolina, comidas, reuniones en los municipios y viáticos.
Además, se requiere de un millón 700 mil pesos para los gastos de los 26 coordinadores operativos territoriales.
Requieren también 2 millones de pesos de presupuesto los 10 delegados políticos regionales, es decir, los operadores que se requieren para el Consejo Estatal.
Existen oficinas territoriales de Morena en 40 municipios, las cuales necesitan 800 mil pesos para “activación operativa y soporte territorial”.
Y para cerrar con broche de oro, la operación de juntas auxiliares que precisa fondearse con 600 mil pesos para el “apoyo, negociación y soporte de posicionamiento a perfiles que serán los candidatos impulsados por Morena en el proceso de juntas auxiliares en el mes de enero de 2019”.
Gran total: $5,670,000.
Es evidente que, quienes tuvieron la responsabilidad de llevar las riendas del partido el primer semestre de este año, necesitarán darle una explicación clara, contundente y sin ambigüedades a sus correligionarios.
Son gastos perfectamente planeados, presupuestados y considerados en la cantidad de dinero que el partido recibió por concepto de prerrogativas.
¿Qué pasó?
¿Cómo justificarán que hayan dejado a Morena en bancarrota?
¿Se atreverán a negar lo aquí publicado?
¿Quién o quiénes se quedaron el dinero?
¿Fue destinado como un “extra” para las campañas?
Si fue así ¿cómo lo van a justificar?
Afortunadamente para Garmendia, ha recibido ya una fecha para sentarse con Yeidckol Polevnsky, presidenta del CEN de Morena, que por cierto está muy interesada en investigar esta auténtica alquimia presupuestal que se ensayó en Puebla, con los dineros de quienes en teoría representan a la “honestidad valiente”.
Se va a poner bueno.