Por Alejandro Mondragón
Así como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación regresó a los poblanos a la noche del 1 de julio con el recuento de voto por voto, ahora viene lo peor.
Nadie quitará de la cabeza de los morenovallistas que ganaron en dos conteos (local y federal) las elecciones. Aquí no cabe el cómo, sino el haberse impuesto.
Tampoco existe ninguna institución que convenza a Morena que su candidato Luis Miguel Barbosa fue derrotado otra vez en el reconteo, pero en el TEPJF se documentó diversas irregularidades que tirarían la elección. Me ganaron a la mala, dice.
Los bandos ya cayeron en la necedad. ¿Desde cuándo el PAN es vocero del TEPJF para decretar su victoria?
¿Dónde está la versión oficial que atribuye Morena al Tribunal sobre la documentación de las anomalías detectadas?
Todos saben la naturaleza del recuento y sus alcances, pero mandaron a la chingada a la institución e impusieron la Ley de la Propaganda. Así, no se pinches puede.
El TEPJF determinó el voto por voto en las salas regionales de Toluca y CDMX, tras la conclusión del escrutinio y cómputo se remitirían los resultados a la sala superior, la cual certificaría ante notario y enviaría una copia al Tribunal Estatal Electoral, lo cual ocurrirá en las próximas horas.
El TEPJF hizo lo que se rehusó a hacer el TEEP, que fue la apertura de los paquetes electorales. Ahora, una instancia superior obligará a los tres magistrados locales a emitir una resolución de calificación de los comicios en Puebla. Tiene hasta el 10 de octubre como plazo.
Eso significa que a estas horas no existe ganador/a de la elección, por la simple razón que la autoridad que debe resolver no se ha reunido: el TEEP.
La propia sentencia del TEPJF establece con claridad que el resultado del recuento no prejuzga las impugnaciones que se remiten a la Sala Superior. Es decir, tampoco bastará que se informe que otra vez Martha Érika Alonso sacó más votos que Barbosa.
Y aquí viene lo peor. Si dos veces se contaron los votos y Martha Érika obtuvo más que Barbosa, un resultado desfavorable hacia la causa morenovallista pondría a Puebla al rojo vivo.
Es decir, quedaría claro que Andrés Manuel López Obrador les quitó el triunfo en la mesa, no en las urnas, por la simple razón que dos veces se contaron y dos veces se ganó.
De ahí el interés de incubar en el imaginario colectivo que la elección ya se resolvió a favor de Martha Érika, a partir de la información no oficial de los panistas.
El recuento no definió, sólo marcó la elección, pero en cualquier escenario es una mala noticia para los poblanos por la polarización que se viva ya, gracias a que los bandos quieren arrebatar, no ganar a la buena.
Es la gobernabilidad lo que está en peligro.