24-04-2024 03:32:48 AM

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Por Valentín Varillas

 

Un mensaje concreto, directo y sin ambigüedades, llegó a los magistrados del Tribunal Electoral federal encargados de la calificación de la elección poblana.

Al más puro estilo siciliano, pero con todo cuidado y tersura, se les “avisó” sutilmente que si se dejaban tentar por el poder corruptor del dinero, para emitir un resolutivo a modo en torno al tema, habría consecuencias directas.

Un marcaje personal de las instancias fiscalizadoras del gobierno federal que impediría el disfrute de las millonarias dádivas, para empezar.

Y de ahí, lo que pudiera resultar.

Lo interesante del caso es que, quien tendrá en sus manos una de las instancias fiscalizadoras más poderosas, la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, es Santiago Nieto Castillo, un personaje con un interés muy específico en el caso de la elección poblana.

La presencia de Nieto Castillo en Puebla, durante el desarrollo de la elección a gobernador no fue casual, estaba fríamente calculada y fue ordenada directamente por Andrés Manuel López Obrador.

 

 

Y es que, en el presupuesto electoral nacional de Morena, Puebla era un auténtico foco rojo de peligro en términos de un potencial fraude electoral.

Ese domingo 1 de julio, Nieto y su gente se dedicaron única y exclusivamente a recabar la mayor cantidad de información posible sobre el desarrollo del proceso en el estado, sabedores de antemano que una judicialización del proceso para elegir gobernador era inminente.

Y no se equivocaron.

Es evidente que Nieto no llega al cargo para aplicarle un marcaje personal a los magistrados, pero sin duda ayuda a la causa de Morena en Puebla, cerrarle la puerta a un probable cochupo que incida directamente en el derrotero de la vida política nacional.

La historia del país está llena, saturada de hechos similares.

Y más cuando están directamente involucrados los intereses de Rafael Moreno Valle, un especialista en invertir grandes sumas de dinero para alcanzar sus objetivos.

Santiago Nieto Castillo fue destituido por el presidente Peña y su pandilla, como castigo por intentar llegar a fondo en el pago de sobornos de la empresa Obedrecht a personajes que fueron parte importante en la campaña de éste en el 2012, como Emilio Lozoya.

Hoy, con el caso Puebla y la persecución de peces gordos expertos en la evasión fiscal y el blanqueo de capitales, en el mundo político y empresarial, podría tener sus tan anheladas revanchas.

La lista de candidatos es larga y crece conforme avanzan los minutos.

Personajes del ámbito poblano, por cierto, ocuparán lugares de privilegio.

Ya lo verá.

Únicamente se necesita voluntad para seguir la ruta del dinero.

 

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