Por Jesús Manuel Hernández
Los ataques de Luis Miguel Barbosa y Enrique Doger del pasado domingo contra el morenovallismo personificados en la candidata Martha Érika Alonso de Moreno Valle, surtieron efecto y obligaron a la respuesta de los personeros del grupo.
Al unísono, con los mismos argumentos, uniformados en el discurso, respondieron.
Max Cortázar, vocero de la candidata dijo de ella: “es una persona que tiene su propia trayectoria y personalidad, pero (…) sobre todo, conoce la problemática en el estado y tiene las mejores propuestas en beneficio de todos los poblanos (…)”.
Jesús Giles Carmona y Benito Cruz Bermúdez, dirigentes del PAN y el PRD en Puebla, debutaron en el coro con la misma cantaleta: “Martha Erika Alonso es la mejor opción para gobernar Puebla, pues cuenta con los conocimientos necesarios para continuar el desarrollo del estado, conoce los 217 municipios y tiene las propuestas más viables”, dijeron.
Y uno se pregunta si esto es verdad. ¿Realmente la ex primera dama, ex presidenta del DIF Puebla, tiene los méritos para ser gobernadora?
Evidentemente sus niveles de participación en cuestiones políticas fueron limitados en el sexenio de su esposo al papel que en el protocolo le tocó ejercer.
Si acaso conoce los 217 municipios eso no le faculta para hablar de ellos, de saber su problemática o proponer las soluciones. Lo mismo se conocen los municipios como turista o vendedor de artilugios y no necesariamente por cuestiones socioeconómicas.
Pero de ahí a contar con la “experiencia”, con el “conocimiento” con las “propuestas”, hay un trecho grande.
MEA está en la candidatura por el ejercicio de poder de su marido quien ostenta el control del PAN, del PRD y en términos generales de los partidos ubicados en el contexto morenovallista. Ese control se muestra además en la capacidad de haber metido a los candidatos del Verde y del Panal; Michel Chain Carrillo inició su campaña hablando de economía, empleos, dada su experiencia en la función pública y enfoca baterías contra Barbosa y el PRI de Mario Marín, o sea, desempeña perfectamente bien su papel de primer actor en la comparsa morenovallista, nunca menciona a Martha Érika.
Alejandro Romero Carreto, candidato del Panal, paga con el mismo discurso a la protección recibida por el morenovallismo respecto de la venta de ejidos, asunto por el que fuera denunciado hace unos años.
En fin, Martha Érika es candidata y eso es incuestionable, su esposo y el grupo que comanda la apoyan, pero de ahí a tener el suficiente conocimiento y experiencia para gobernar, hay una distancia considerable.
O por lo menos, así me lo parece.