Por Alejandro Mondragón
El tsunami AMLO que amenaza con tocar tierra en el país el próximo 1 de julio, causará, de mantenerse la tendencia, la peor inundación electoral en Puebla.
La última encuesta del diario Reforma, confirma lo que hace unos días exhibió la firma Mas Data, publicada por el Diario Cambio, donde se aprecia que ni la suma de José Antonio Meade a Ricardo Anaya alcanzaría.
López Obrador tiene en la cuarta circunscripción que abarca la Ciudad de México, Guerrero, Morelos, Tlaxcala y Puebla, el 46 por ciento de las preferencias.
José Antonio Meade es segunda fuerza con 14 por ciento, en empate técnico con Ricardo Anaya que reporta el 13 por ciento.
Si hoy fueran las elecciones, AMLO barrería Puebla y se llevaría el Senado y las diputaciones federales.
En tres de las cinco entidades donde habrá elecciones locales, los candidatos de Morena llevan ventaja.
Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México; y Cuauhtémoc Blanco en Morelos van a arrasar, mientras en Puebla, Luis Miguel Barbosa rompió el empate técnico a su favor. Guerrero y Tlaxcala se perfilan a ser la nueva reserva de votos de Morena.
La pregunta aquí ya no es cómo se detendrá a López Obrador que se llevaría la Presidencia, Senado y Diputaciones Federales, sino de qué manera se evitará contaminar la elección local.
Están en riesgo la gubernatura, legislatura y mayoría de las presidencias municipales. ¿Quién tiene el antídoto?
¿Será con guerra sucia, mapacheras que ya se empiezan a instalar en puntos clave de los distritos, saqueos en centros comerciales, asaltos en las esquinas, fuegos cruzados, declinaciones de abanderados del Verde Ecologista y Panal que para eso impusieron personales manipulables?
Si a nivel nacional, 6 de cada 10 mexicanos quiere sacar al PRI de Los Pinos, en Puebla ¿cuántos pretender echar a Los Morenos Valle de Los Fuertes?
En el imaginario colectivo se aprecia que el hartazgo se pretende combatir con el voto del miedo, como ayer lo observó en La Tempestad, Valentín Varillas.
Jugarle a Dios con enfrentar grupos en municipios y diputaciones lejos de sumar, resta.
No se olvide que el Congreso local es el responsable de revisar las cuentas públicas.
La diferencia en 2010, 2013 y 2016 es que ahora, el morenovallismo se enfrentó a todos y como caníbales empiezan a comerse los unos a los otros.
El virus de AMLO infectó a Puebla.
