Por Jesús Manuel Hernández
Había sido sentenciado a permanecer inhabilitado de actividad política por dos sexenios, con lo cual su camino en Puebla quedaba clausurado; además tendría que pagar una multa de 25.5 millones de pesos impuesta por el Congreso del Estado controlado en mayoría por legisladores de su propio partido.
Pero el Juez Tercero de Distrito le concedió el amparo por las presuntas irregularidades de su cuenta pública del año 2013 cuando fue Presidente Municipal de la capital de Puebla.
Eduardo Rivera Pérez “el maestro”, ha pasado a la historia no por su tránsito gris en el ayuntamiento sino por haber mantenido una postura firme frente a Rafael Moreno Valle y con el cambio de los vientos ha pasado de perseguido a mártir del calvario en plena cuaresma de 2018.
Por si fuera poco, tendrá que defender a la capital para permitir que la esposa de su verdugo llegue a Casa Puebla.
Vaya paradojas las que viven los panistas impulsando un grupo de aspirantes donde los vasos comunicantes se reducen a la venganza.
O por lo menos, así me lo parece.
