Por Rodolfo Rivera Pacheco
Quedan poco menos de cuatro meses para que el 2 de julio de este año sepamos (si todo se verifica normalmente) quién es nuestro nuevo Presidente de la República. Y digo si todo se lleva a cabo en la normalidad, pues es probable que en varios días no conozcamos el resultado final de la elección presidencial, porque la diferencia entre el primero y segundo lugar sea muy estrecha (ya ocurrió en 2006) o bien porque los conteos en muchos Estados se hayan salido de control por la confusión por tantas boletas y problemas en su tabulación.
Pero bueno. Supongamos que todo se realiza en escenarios normales.
Las tendencias en las encuestas serias hoy marcan una ventaja de Andrés Manuel López Obrador sobre sus adversarios mayores -Ricardo Anaya y José Antonio Meade- y desde luego sobre los llamados independientes (3 seguramente en la boleta).
Veremos si en estos cuatro meses –el mes que queda de “intercampaña y los tres de campaña efectiva- hay cambios radicales en las preferencias. Que Meade o Anaya logren rebasar al tabasqueño. Que haya errores garrafales de éste o bien aciertos espectaculares de aquellos. Eso ya se verá. Yo al igual que muchos en este país lo vemos complicado. Pero no imposible.
Pero repito, Andrés Manuel López Obrador hoy tiene muchas, muchas posibilidades de ganar la elección presidencial y ser el próximo Presidente de México. No sé si eso se traslade a los demás cargos de elección y MORENA arrase en Gubernaturas, Congresos y Alcaldías. Mi hipótesis es que no, pero ya veremos.
Y si AMLO gana, ya hay muchas hipótesis también sobre como gobernaría.
Muchos piensan que es un demonio comunista que acabará con el país como hicieron Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela. Que expropiará, que nacionalizará, que le quitará a los ricos para darle a los pobres, su ejército de choque. Que la economía nacional se irá apique y el dólar llegará a los 30 o 40 pesos. Que meterá a la cárcel a centenas de políticos del PRI y del PAN. Que se vengará puntualmente de la “mafia del poder” y que México se irá al precipicio porque Donald Trump no permitirá esos excesos y entonces habrá una intervención norteamericana en México.
Pero hay muchos otros que piensan y aseguran que nada de eso sucederá.
Que AMLO ya gobernó la Ciudad de México y lo hizo muy bien. Que jamás persiguió a empresarios ni inversionistas. Que por el contrario, hizo muy eficaces alianzas con grupos financieros libaneses y judíos en el otrora Distrito Federal. Que sí hizo mucha obra pública. Y que sí castigó con cárcel a sus colaboradores corruptos como Bejarano o Ponce. Que jamás romperá con el Ejército y la Marina Armada de México. Vamos, que López Obrador será un Luis Inacio Lula Da Silva en lugar de ser un Hugo Chávez.
Todos son escenarios. A fabricarlos nos dedicaremos todos los próximos meses y mientras más se acerque la elección.
Esos son los posibles escenarios si gana Andrés Manuel López Obrador la Presidencia del país. Pero… y ¿si no gana? Hagámoslos también.
Si las circunstancias se juntaran y López Obrador no le alcanzara para ganar la elección y perdiera por uno o dos puntos porcentuales (no creo que por más, la verdad) las cosas en el país no marcharían nada bien tampoco en un primer escenario.
De entrada, será cuasi imposible que los partidarios de MORENA acepten que AMLO pierda. Desde hoy ya gritan que habrá fraude. Y aunque no lo hubiera, dirán que todo se preparó durante años para no dejar ganar al tabasqueño.
El 2 o 3 de julio habría aeropuertos y autopistas tomados por mucha gente. Será verdaderamente imposible que la mayoría de la gente aceptara que un Meade ganó la elección o en menor medida, un Anaya.
A esa ingobernabilidad se sumaría una muy profunda crisis de confianza en la autoridad a la que la gente aborrece y desprecia. Millones dirán que para qué pagar impuestos. Miles quizás quieran tomar gasolineras. Bajo el estúpido pretexto del desorden electoral, seguramente habrá vivales que promuevan saqueos. No exagero ni digo sandeces: Ya hemos visto cómo la turba saquea tiendas y roba al amparo del anonimato y de la histeria colectiva.
No tengo idea de cómo gobernaría un José Antonio Meade o Ricardo Anaya en menor medida, con un Congreso ausente o también tomado por la turba. Y si pudiera instalarse el Poder Legislativo, seguramente el Presidente no tendrá mayoría de su partido y habrá parálisis para sacar adelante presupuestos públicos. Sin dinero gubernamental, la obra pública estará parada y con ello un gran motor de la economía nacional.
Meade Presidente (o Anaya) llamarían a la unidad nacional… pero seguramente con poco éxito. Y esto puede ser aprovechado por los grupos del crimen organizado, que ante la falta de gobernabilidad y orden, quieran fortalecer sus posiciones y negocios ilícitos.
¿El Ejército y Marina tomarían el control de la situación? ¿Apoyarían al nuevo Gobierno aún cuando éste sea despreciado por la mayoría de la población?
En escenarios violentos y ante ausencia de autoridad, miles de empresarios preferirán cerrar sus negocios para evitar ser robados o saqueados. Soldados podrían salir a las calles. Miles y miles querrán largarse a Estados Unidos para unirse a sus familiares que ya viven allá. Pero ante esa oleada migratoria, Trump radicalizará medidas en la frontera y además del muro podrá ordenar detener a los migrantes a como dé lugar… como sea.
Ante el desorden bancario y financiero, los paisanos podrían dejar de enviar sus remesas y cientos de Municipios estarán en verdaderos aprietos, pues sobreviven gracias al dinero que envían los paisanos.
La Tormenta Perfecta, pues.
Vamos, si gana AMLO, malo… pero si pierde, peor.
Y el último escenario es también factible, aunque poco probable.
Y es que gane Meade o Anaya pero no haya tantos problemas. Que los partidarios de MORENA se enojen pero acepten con el paso de los días la derrota de su líder. Que Meade o Anaya llamen a un gobierno de Coalición y formen parte de él todos los candidatos presidenciales. Que los mercados bursátiles reacciones en calma y haya estabilidad bancaria. Que Trump vea en el nuevo gobierno un aliado y no radicalice sus medidas antimexicanas en el Tratado de Libre Comercio. Que AMLO se vaya a su rancho y se dedique a escribir.
En fin, que Ejército y Marina sean garantes de la estabilidad nacional y haya un gran Pacto de Gobernabilidad y con ello se garantice la paz social de los próximos años.
¿Difícil no?
Entonces hay cuatro escenarios:
- Que gane AMLO y haya desorden y desastre nacional (Escenario Venezuela)
- Que gane AMLO pero haya gobernabilidad y estabilidad económica (Escenario Lula Da Silva)
- Que pierda AMLO y haya ingobernabilidad, violencia e inestabilidad económica (Escenario Honduras o Centroamérica)
- Que pierda AMLO pero haya orden y un gran Pacto de Estabilidad y Gobierno de Coalición (Escenario Europeo)
Ahí tiene los posibles escenarios (pueden variar en características, pero esos son los cuatro posibles). Usted… ¿cuál cree que ocurra?
Neta, para mí, cualquiera pero ojalá NO los negativos.