29-03-2024 09:47:57 AM

¡Perdió, pero ganó!

Por Abel Pérez Rojas

“Confía en que la pérdida es temporal, 

pero el cambio, ese que también trae consigo

los triunfos y las victorias, es permanente”.

A Ixchel

 

Debemos estar conscientes que la adversidad, la desventura y aparente derrota de ciertos días son sólo el preludio de nuevas victorias, triunfos que tendrán mayores ganancias en la medida que pase el tiempo o de que cambie nuestra perspectiva para aquilatar de mejor manera lo que se vive.

En una situación que parece contradictoria: se pierde, pero se gana más seguido de lo que usted cree.

Ocasionó sonrisas la primera vez que se me ocurrió y dije: ¡perdió, pero ganó!, pero al pasar el tiempo la frase me ha dado la oportunidad de dialogar muchas veces sobre distintas aristas del asunto.

Primero hay que dejar claro que hemos sido mal formados en la cultura de ganar y perder, porque lleva implícito que para que alguien pueda ganar otros tienen que perder; y en el caso del sistema político económico es peor: unos poquitos ganan muchísimo, mientras millones pierden casi todo.

Por otra parte, estar tan acostumbrados a ver todo bajo la lente de ganar o perder ocasiona que estemos cuasi ciegos ante la posibilidad de entablar relaciones bajo otros esquemas, desde otros enfoques, con otro espíritu, por ejemplo, que no siempre se trata ni de ganar, ni de perder, sino de ambas y de muchas otras posibilidades.

Pero, aún sumergidos en esa cultura de perder y ganar es imprescindible que nos demos cuenta de que la realidad cambiante está conformada por pasajes de todo tipo, unas veces es necesario dejar ciertas condiciones de vida, cierta comodidad, inclusive muchas de las relaciones que entablamos con las personas, para dar paso a nuevas experiencias, vivencias que traerán consigo la posibilidad de recorrer nuestra historia de vida.

Hace poco reflexioné todo esto con motivo de la partida de mi hija al extranjero para continuar con su formación.

Ella estaba en una situación relativamente cómoda en nuestro país, pero dejó todo esto para afrontar una situación diferente y hasta incierta para poder continuar con sus aspiraciones.

Dejó familia, amigos, casa y sustento para ir en búsqueda de su sueño; a la luz de lo que le vengo compartiendo diríamos que temporalmente perdió.

No obstante lo que dejó atrás, desde el primer día experiencias totalmente inéditas fueron al encuentro y su mirada entrenada en el trabajo interno le permitió detectar las riquezas formativas que se le avecinan.

Es muy temprano para decir qué es lo que logrará, pero lo que sí está en condiciones de afirmar desde ahora es que lo que perdió está cimentado en los apegos y no en el amor.

Lo que se ama o los que nos aman no se pierden, a veces los tenemos distantes, pero no se pierden, lo que se pierde es lo que no tiene bases verdaderas, por eso “¡perdió, pero ganó!”.

Mi hija es de las que “perdieron” voluntariamente y hasta cierto punto inconscientemente, pero ganaron porque detrás de la aparente pérdida está un mar de nuevas oportunidades que ya ha empezado a capitalizar

Millones de historias alrededor del mundo se escriben a partir de “pérdidas”, unas temporales y otras permanentes, pero la clave está en la actitud para encararlas, en la visión para darles su justa dimensión en el marco de un contexto mayor y en la persistencia para no darse por derrotado a las primeras de cambio.

A pesar de todo lo que nos han enseñado durante nuestra infancia, no tema usted perder, porque eso casi siempre es preámbulo de progreso en la consecución de sus logros.

¿Qué le parece?

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