Por Shanik David
Al considerar que la sesión del consejo estatal del Partido de la Revolución Democrática del pasado domingo, en la cual se renovó a toda la dirigencia estatal, fue ilegal y que además se “humilló” a la corriente Frente de Izquierda Progresista (FIP), Socorro Quezada Tiempo lamentó que al frente del partido haya quedado Jorge Benito Cruz Bermúdez.
La diputada local explicó que el exfuncionario estatal es un personaje sometido a los intereses del grupo de Rafael Moreno Valle, y que sólo acata las órdenes que le da Luis Maldonado Venegas, lo cual representa un riesgo de cara a las negociaciones de las candidaturas para la coalición con el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano.
Por esta razón, dijo que no se tiene confianza alguna en el papel que pudiera desempeñar el nuevo presidente del Comité Ejecutivo Estatal (CEE), pues se corre el riesgo de que entregue al partido.
En cambio, le dio un voto de confianza a Vladirmir Luna Porquillo, quien llegó a la secretaría general del comité en representación del bloque opositor que integraron miembros de Alternativa Democrática Nacional (ADN), Izquierda Democrática Nacional (IDN), Vanguardia Progresista, Foro Nuevo Sol y el FIP.
Fue por medio de este bloque que el FIP logró colocar a personas en tres carteras del CEE, destacando la de Diversidad Sexual, la cual, comentó Quezada Tiempo, “fue despreciada por todas las demás corrientes”; además, Olivia Rojas Quezada, hija de la exdirigente perredista, quedó al frente de una de las secretarías.
Pese a estos acomodos, Quezada Tiempo sentenció que todavía no se puede considerar que la actual dirigencia del partido sea la oficial, pues sigue en proceso la impugnación que presentó en contra de su expulsión del sol azteca, que se dio sólo por expresiones que tuvo la también diputada local, a pesar de que no puede ser sancionada por sus posturas públicas.
Esto implicaría que su expulsión y retiro de la presidencia del partido fue ilegal, y una vez que esto quede confirmado por los tribunales quedarían sin efecto todas las decisiones tomadas por la dirigencia del PRD que se dieron después de su salida, puntualizó.
De este modo, si bien se intentó corregir las anomalías existentes a raíz de su expulsión con este nuevo cambio de la dirigencia partidista -la cual quedó en manos de Carlos Martínez Amador- insistió la nueva elección sigue siendo ilegal y podría tirarse una vez que se resuelvan sus impugnaciones.
“Cuando las cosas nacen mal, como la presidencia de Carlos Martínez, que nació mal, los actos que conllevan no tienen validez, todo está viciado de origen, todo se les puede caer”, subrayó Quezada Tiempo, y señaló en concreto los posibles acuerdos a los que llegue la nueva dirigencia con el PAN y Movimiento Ciudadano para la definición de la alianza electoral.