Por Rodolfo Rivera Pacheco
La candidatura presidencial de José Antonio Meade por parte del PRI y quien seguramente le acompañe en alianza (Verde, Nueva Alianza, quizás PES) viene a recomponer las tendencias y preferencias de la población con respecto a la elección del año entrante.
El solo destape y demás actividades que ha tenido el ahora abanderado del PRI, hicieron que todo mundo opinara al respecto y que sus más férreos enemigos no cesen de atacarlo, denostarlo, descalificarlo… pero no paran de hablar de él. Si es tan gris y malo… ¿para qué darle tanta importancia?
La encuesta que el periódico Reforma publicó la semana pasada y que mañosamente no aclaró de entrada que se hizo antes del destape de Meade, ya lo colocaba (aún sin haberse destapado) en virtual empate técnico con Ricardo Anaya y su Frente y a unos 10 puntos del añejo puntero Andrés Manuel López Obrador.
O sea, Meade ya parte en segundo lugar y a una distancia remontable del tabasqueño. Faltan siete meses para la elección y aún faltan demasiadas cosas por suceder.
En primera, nadie puede asegurar que el Frente del PAN/PRD y MC se concrete. Las posturas de Mancera o Moreno Valle apuntan a un rompimiento abierto o al menos soterrado. Eso debilitará demasiado a una opción que parecía ganadora incluso por encima de López Obrador, pero que en la realidad se enfrenta ahora a los intereses personales de cada precandidato.
La verdad no creo que Ricardo Anaya acepte dócilmente que él no sea el candidato. Tampoco veo en Miguel Angel Mancera era sumisa actitud. Y Rafael Moreno Valle al parecer ya ha aceptado que él no será candidato, pero eso también significa que rumiará su venganza contra Anaya para que pierda y luego él se haga del control nacional del PAN. Strike cantado.
Segundo tema… Andrés Manuel López Obrador puede comenzar a tener errores inevitables que su propia personalidad provoca y que forman parte de su naturaleza. Ya le ha pasado dos veces en contiendas anteriores y… no entiende. No ha parado de insultar a Meade. Sigue culpando de todo y para todo a la “mafia del poder”. Vuelve a hablar de Carlos Salinas una y otra vez. Y el fin de semana habla de perdonar a capos del narco para arreglar la inseguridad descontrolada del país.
¿Qué creen que opine el Ejército y sus centenas de muertos en enfrentamientos contra el crimen organizado en los últimos años?
Creo honestamente que el principal problema de AMLO es él mismo.
Y en tercer lugar, habrá que ver qué preferencias provocan los dos o tres candidatos independientes que logren su registro. Pero de entrada quitarán unos diez puntos porcentuales a los demás candidatos de las tres alianzas partidistas establecidas. La pregunta es a quién le quitarán más. ¿A Morena? ¿Al PAN/PRD si es que van juntos? ¿O aglutinarán el voto anti PRI o… lo dividirán?
Entonces ya vamos teniendo un escenario más probable para la elección 2018.
Desde luego López Obrador parte este fin de año como puntero en las preferencias… pero ya no sube y tiene una brecha para bajar, cuando el electorado indeciso empiece a valorar campañas, debates, guerra sucia, discursos y un largo etcétera.
El Frente “Ciudadano” del PAN y PRD puede no concretarse. Y aún cuando se diera, si Ricardo Anaya es el candidato presidencial, creo que sus preferencias se irían al tercer lugar.
Y en el PRI y sus aliados, la unción de Meade ha sido bastante exitosa. Los que auguraban rompimientos y guerra tricolor se quedaron con las ganas.
Porque el abanderamiento ha sido sin contratiempos, pero habrá que ver cómo se comporta Meade como candidato. Hasta ahora es un buen técnico, con buenas cartas credenciales. Pero lo que pelea ahora no es un puesto por currículum sino la simpatía de la gente, de la raza, de los que no entienden ni macroeconomía, ni hablan inglés y no tienen idea dónde queda Harvard o Yale.
De entrada, el posicionamiento desde su destapada se lo han dado sus adversarios, quienes no han parado de hablar de él, sobre todo –insisto- López Obrador. Ya veremos si en las mediciones que se hagan a partir de ahora, efectivamente ya creció en conocimiento e intención de voto.
Desde luego, para el candidato “ciudadano” del PRI, el reto es que la gente vote por él y olvide el tremendo desprestigio del PRI. Esa es una tarea titánica y la verdad se antoja casi imposible al momento actual.
¿Qué estrategias tendrán en el PRI y Presidencia de la República para lograr lo anterior?
No tengo idea. Lo que sí sé es que quieren repetir el escenario del Estado de México, donde aún con todo el desprestigio del PRI, crisis económica, brutal inseguridad y demás… ganó el candidato peñista por dos o tres puntos porcentuales hace apenas unos meses. Y recordemos que ahí también MORENA lideraba en las encuestas varios meses antes. ¿Qué paso? Mil cosas… pero ganó el PRI y perdió MORENA.
Creo que ese es el reto que tienen ahora los priístas y Presidencia de la República. Ya tienen candidato y evidentemente era lo mejor que tenían… pero también poseen el desprestigio y voto de rechazo más grande de la historia.
¿Lograrán que la gente vote por Meade olvidándose del PRI?
¿Será una revelación como candidato el “señoritingo” Pepe Meade?
¿Lo seguirá popularizando López Obrador?
¿To Meade or not to Meade?
¿El PRI lanzará los mejores candidatos en los Estados y Municipios que le den votos a Meade… o lanzará a los peores y le restarán?
¿AMLO jalará a sus candidatos o éstos lo jalarán a él?
Muchas preguntas aún sin respuesta.
Lo único que sé es que nosotros seguiremos midiendo.