Por Valentín Varillas
De cara al proceso electoral 2018, los priistas poblanos enfrentan un problema mayúsculo: su partido es el más odiado por los votantes potenciales en el estado.
Haciendo referencia, otra vez, a la encuesta realizada por Grupo GA México y que muestra las preferencias electorales en la coyuntura del proceso del próximo año, un 33.7% de los encuestados aseguraron que nunca votarían por el tricolor.
El segundo partido más detestado es el PAN, con mucho menos porcentaje de rechazo al ubicarse en un 16%.
En tercer lugar aparece Morena, por quien nunca votaría un 11.9% de los poblanos que aseguran que acudirán a las urnas para renovar la gubernatura de Puebla y el resto de los cargos de elección popular que estarán en juego en esa elección.
Incluyendo a los Switchers e indecisos, el PRI se mantiene –aunque baja el porcentaje- como la opción más detestada por los votantes.
Sin embargo, el poblano muestra un comportamiento hasta cierto punto esquizofrénico en lo que al PRI se refiere.
Y es que, a pesar de ser el partido por el que mayoritariamente nunca votarían, es el instituto político que creen que va a ganar la elección a gobernador, de acuerdo al mayor número de quienes respondieron a los cuestionarios que integran la encuesta.
Sí, un sentimiento de inminente fatalidad electoral acompaña en gran medida a quienes votarán en el 2018.
El problema que enfrentan los partidos políticos, de cara a esta elección, es la pésima opinión que tenemos de ellos los poblanos.
En términos de la “población general”, 47% tiene una opinión desfavorable del PRI, 36.6% la tiene del PAN y 34.1 de Morena.
Al considerar los “switchers” o indecisos, el PRI mantiene el porcentaje de opiniones desfavorables, las del PAN crecen a 39% y las de Morena bajan a 32.3%.
De acuerdo con esta encuesta, los partidos tendrán que razonar muy bien el tipo de perfiles que impulsarán para integrar a sus candidaturas.
Y es que, la mayoría de los votantes (31.3%) determinan el sentido de su voto de acuerdo a la imagen del candidato.
29.5% lo hace por sus propuestas y un 25.2% apenas en función del partido que representan.
La proporción cambia al integrar a la medición al segmento “switcher” o el de indecisos.
Ya con ellos, es la propuesta la que determina el sentido del voto en la mayoría de los encuestados (36.9%), seguido por el perfil del candidato (32.1) y muy atrás, con apenas 11.5% el partido que los impulsa.
Estas condiciones tendrían que favorecer la aparición de propuestas ciudadanas que bajo la figura de las candidaturas independientes oxigenen la política poblana y le den más opciones a los electores que no encuentran en los partidos tradicionales ni en sus abanderados, respuestas reales a sus necesidades políticas.
Sin embargo, el férreo control político y mediático heredado del sexenio anterior, convierten a las aventuras independientes en románticas quimeras y no en propuestas serias con posibilidades reales de ganar elecciones.
No en el mediano plazo.