Por Alejandro Mondragón
El contralor general de la BUAP, Héctor Granados Rodríguez, es la expresión más acabada de la reelección de Alfonso Esparza: arrogancia y agravios laborales a los trabajadores universitarios.
El Tío Poncho ordenó que la comunidad de la BUAP suspendiera labores el viernes 12 y lunes 15 de mayo, sin embargo, el prepotente Contralor puso a todo su personal a laborar en horarios de oficinas, mientras él aprovechaba la hueva de Esparza.
Desde su llegada al cargo, en marzo del 2016, Granados Rodríguez no para de presumir que es el “favorito” de Esparza, lo que lo convierte en su principal escudero, palero e impulsor de las irregularidades administrativas de la pandilla del Rector.
Actúa como el coordinador de la campaña de reelección de Esparza, pues en aras de incrementar la productividad de su área, ha llevado al personal a niveles de explotación laboral.
La carga de trabajo es demasiada, hace laborar más allá de la jornada (9:00-18:30), fines de semana, días festivos y vacaciones. En un principio, todos aceptaron sudar la camiseta, pero ahora se percatan de los excesos.
Para poner un ejemplo, las vacaciones de la navidad pasada no las disfrutaron y trabajaron. En todo 2017 es raro el día que salen en horario normal, ya “lo normal” es salir a las 19:30-20:00, aunque se cite al personal a llegar antes de las 9 horas.
Para el tradicional festejo universitario, a las compañeras que son madres se les negó el permiso para asistir, por indicaciones directas del contralor Héctor Granados y lo peor de todo fue la grosería y vergüenza que se les hizo pasar a las trabajadores, ya que formadas en el CCU a punto de entrar al desayuno, se les dio la instrucción de regresarse a la oficina a seguir laborando, porque no tenían permiso para estar ahí.
Así el desprecio de la pandilla de Esparza.
Durante los días de venta de boletos para el partido de Los Lobos se hizo el anuncio oficial del acuerdo de Esparza por el cual se suspendían las actividades el viernes 12 y el lunes 15 de mayo. El personal de la contraloría se alegró por poder tener un par de días para reponerse de las largas jornadas de trabajo, empero, se les hizo llegar un memo (el cual anexo) para cancelar el descanso.
El contralor no ha dado la cara al respecto y presionó al personal para firmar la aceptación de ese memo en que Héctor Granados se pasa por encima del acuerdo oficial de rectoría, porque de lo contrario “se atienen a las consecuencias”.
Finalmente, una muestra más del gandallismo con que opera el Contralor al amparo del rector, fue que aprovechando que Héctor Granados coordinó la logística de la venta de boletos para el partido de los Lobos, el jefe de la pandilla de Esparza ordenó a buena parte del personal de la Contraloría a formarse en horario de trabajo para comprar boletos.
Tomó ventaja de su responsabilidad logística y “metió” en los primeros lugares de la fila a dicho personal, sin importarle los estudiantes que se habían formado desde muy temprano y todo para que al final el Contralor se quedara con todos los boletos (aproximadamente unos 25) que “compró” su personal para poder repartirlos entre sus familiares y amigos.
En fin, todo este tipo de tropelías suceden en la BUAP. La mayoría del personal ya se cansó.
DAÑAN IMAGEN DE ACADÉMICO
En el colmo de la pillería de los muchachos de Esparza, al académico Dagoberto Merlo Cortina afectaron su imagen para esconder sus excesos con la venta de boletos de futbol.
Crearon una cuenta falsa a su nombre para exhibir una presunta venta de boletos para el partido de Los Lobos. Lo subieron a redes y lo viralizaron. Estudiantes se percataron de la cuenta fake, lo que alertó al catedrático de la Facultad de Ingeniería de la BUAP a denunciar por las canales institucionales esta irregularidad y además acudir al Ministerio Público.
Así de jodida anda la BUAP.