27-04-2024 09:57:16 AM

Paisano, el emperador

Por Valentín Varillas

Más de 60 árboles derribados y cerca de 50 millones de pesos del erario, serán los saldos de la obra que pretende imponer a sangre y fuego el alcalde de San Andrés Cholula, Leoncio Paisano.

El proyecto, que se planteó desde el primer día de su administración, no tiene ninguna utilidad real para los habitantes de este municipio.

Es, simplemente, un enfermizo culto al ego con el que el edil pretende ser recordado por los siglos de los siglos.

En su tergiversada visión, se trata ni más ni menos que del emblema que marque su legado como estadista, como gran benefactor de una comunidad que, en su mayoría, simple y sencillamente lo repudia.

Paisano, además de la salvaje tala de árboles, derribará el kiosko central para ampliar metro y medio la calle que está frente a la presidencia.

En lugar de los árboles, colocará una plancha de concreto –burda réplica de la del CIS que se ubica en la zona de Angelópolis-, además de unas ridículas y payas columnas estilo griego.

El “art naco” oficial, en su máxima expresión.

El proyecto considera también la demolición de la fuente que se encuentra enfrente a la parroquia.

El tema ha generado el rechazo unánime de los sanandreseños.

Para no alterar aún más las de por sí revueltas aguas, el edil ha sido por demás parco al declarar ante medios de comunicación que lo han cuestionado sobre la tala de árboles en la zona.

Paisano habla poco o casi nada de los alcances reales del proyecto.

Abusa de las evasivas, se inventa tangentes salidas, porque sabe que sus acciones van más allá de cualquier lógica y que no resisten el menor análisis.

50 millones de pesos pueden ser utilizados para mejorar la cada vez más decadente infraestructura urbana que existen en varias zonas y juntas auxiliares del municipio.

Para pavimentar calles, mejorar drenajes o reforzar las medidas de seguridad en una zona en donde la delincuencia ha encontrado un auténtico paraíso para operar.

No, primero la promoción personal, el estúpido narcisismo.

A Leoncio Paisano no le importa el potencial costo político que pudiera traerle el imponerle a los ciudadanos una obra como ésta.

Y es que, muy en corto, jura que en pocos meses pedirá licencia al cargo.

Cree que, gracias a sus buenos oficios, tiene garantizada ya la candidatura a la diputación federal en el 2018.

Adelanta inclusive que, a pesar de que se vaya del ayuntamiento para consolidar su proyecto político personal, él seguirá gobernando el municipio a través de la imposición del actual regidor de Gobernación, Fausto rojas.

¿Cómo ve?

Y luego hay quien no cree que el poder vuelve locos a quienes lo ejercen a lo bruto.

Que la silla tiene “algo” que trastorna la forma de ser, la lógica y la interpretación de la realidad de quienes se sientan en ella.

Sirva pues esta historia para confirmarlo.

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