Por Alejandro Mondragón
En el afán de evitar críticas internas, el rector de la BUAP, Alfonso Esparza, ha dejado hacer lo que mejor plazca a directores de unidades académicas y áreas de posgrado.
Los investigadores ganan poder para hacer negocios, pero pierden la esencia crítica del universitario. Con dinero baila el académico.
Por eso, cuando algún alumno se queja, denuncia, opone y reclama sus derechos es expulsado, sin que nadie lo pueda remediar.
Es el caso de Miguel Alba Vega, quien fue corrido del doctorado en Economía Política del Desarrollo y perdió su beca Conacyt por ser posgrado de calidad.
Interpuso dos juicios de amparo, el 1874/2015 y 1970/2015, del segundo la toca es la 257/2016 del Tercer Tribunal Colegiado en materia administrativa y los dos amparos indirectos en el III de distrito en materia civil, administrativa del trabajo y de juicios federales.
Mas una denuncia penal por el delito de discriminación y una queja en la CNDH, todos los juicios y queja en contra de funcionaros de Conacyt y la BUAP.
En los expedientes, acusa deficiencias en sus planes de estudio, estar en contra de la discriminación por ver autores mexicanos por parte de los profesores chilenos Jaime Estay Reyno y Fernando Octavio Díaz Núñez.
Ellos lo reprobaron y, por ende, quitaron su beca, además de que dieron instrucciones a seguridad para que impidieran su entrada, lo que equivalió a su expulsión de la BUAP, sin mediar y sin un escrito debidamente fundado y motivado ni audiencia.
Ello significó la violación de sus derechos constitucionales. Tampoco hubo resolución alguna ni del Consejo de Unidad Académica ni del Consejo Universitario.
La pandilla del Tío Poncho alega que el estudiante aparece como reprobado por los maestros, pero nunca entraron al fondo del caso, como el oscuro manejo de las becas.
Sólo validaron lo que los académicos resolvieron para evitar malestar contra la gestión de Esparza.
Hay una la lista de economistas mexicanos censurados de los planes y programas de estudios en la Facultad de Economía de una Universidad que, por definición, debe ser plural.
La justicia federal ya amparó al estudiante.