Por Shanik David
Cobros por la realización de prácticas profesionales, el establecimiento de requisitos como la presentación de material básico para la clínica y reglamentos que consisten en mecanismos de represión son algunos de los puntos que denunciaron estudiantes de la Facultad de Estomatología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Una de las estudiantes, que pidió no se usara su nombre, explicó que este escenario se ha vuelto una constante desde hace cerca de dos años cuando fue nombrada como directora de la facultad Hortencia Chávez Oseki, quien a su vez designó en la coordinación de Prácticas Profesionales a María de Lourdes Trejo Pérez.
Fue a raíz de la llegada de Trejo Pérez que los mecanismos para las prácticas de los estudiantes fueron modificados de manera arbitraria, con la imposición de cobros para poder realizar sus horas de servicio en las clínicas de la propia universidad, según comentó la afectada.
Explicó que las clínicas brindan servicio gratuito a personas de escasos recursos, pero que éstos los tienen que pagar los propios estudiantes para poder brindar la atención a los enfermos y así poder cumplir con esta parte de su preparación.
Además, los estudiantes deben llevar materiales básicos que van desde guantes, cubrebocas, resinas, espátulas y cuestiones similares para poder trabajar en las clínicas, a pesar de que en éstas se cuenta con dichos equipos los cuales además deben ser adquiridos por la dirección de la carrera.
“Si no los llevamos no nos permite realizar las prácticas y nos sanciona de medio a año a un año, no podemos avanzar ya estamos muy rezagados” lamentó la estudiante al decir que, en su caso, ya perdió un año por las trabas que se les han impuesto.
Otra problemática que han tenido es que para acudir a las jornadas de atención que se realizan en diferentes zonas del estado, las cuales son de carácter obligatorio para poder cumplir con sus horas de clínicas, se les cobran cuotas de más de 100 pesos, pues por ejemplo mencionó que para un recorrido a Zacatlán se les cobró 626 pesos, a pesar de que por estar en una escuela pública “hay recursos para el transporte, hospedaje y material, esta doctora simplemente hace las cosas a su conveniencia y ha hecho un reglamento a modo”.
Esto lo comentó al momento de que un grupo de estudiantes de la carrera acudieron al Edificio Carolino para presentar un oficio en el cual le piden al rector Alfonso Esparza Ortiz que se atienda la situación, debido a que esto les retrasa en su preparación universitaria.
