Por: Reforma
Las fuertes lluvias causadas por la tormenta tropical “Earl” provocaron severos daños en las propiedades de decenas de familias de este municipio, muchas de las cuales sólo pudieron correr para salvar sus vidas.
Vecinos de Huauchinango señalaron que las precipitaciones comenzaron desde el viernes y no cesaron durante todo el sábado; incluso, alrededor de las 17:30 horas se registraron con mayor intensidad en toda la demarcación.
“El sábado en la tarde cayó muchísima agua, como a las nueve de la noche ya se veía que la tierra estaba reblandecida en varias partes y luego comenzaron los deslaves”, dijo un hombre cuya casa fue afectada.
Una vecina del Barrio de Santiago, en el centro de Huauchinango, aseguró que alrededor de las 22:00 horas del sábado escuchó un fuerte estruendo.
Al salir de su domicilio observó que la casa de sus vecinos estaba completamente destruida, pero no vio a ninguno de sus habitantes.
La mujer dijo que al ver que su casa podría ser arrasada por la tierra decidió reunir a su familia para trasladarse a un albergue instalado por las autoridades en el Centro de Desarrollo Comunitario de Catalina.
“Fue una verdadera desgracia, porque había niños viviendo en esas casas (afectadas), ver la lluvia tan fuerte y no poder hacer otra cosa que correr para que las piedras y el lodo no nos dejara atrapados o muertos”, sostuvo por su parte un joven que perdió parte de su vivienda.
Instantes después de que ocurrieron los deslaves, los vecinos de ese barrio se organizaron y comenzaron a buscar a los sobrevivientes.
De manera improvisada, utilizando mecates y palas, comenzaron a remover el lodo y las piedras buscando a sus vecinos desaparecidos, y fue durante la mañana del domingo que localizaron a una niña en una barranca en el camino a Cuacuila.
La niña pasó toda la noche en ese sitio y, pese a ello, se encontraba estable, por lo que fue trasladada a un hospital de la zona para ser revisada.
Vecinos señalaron que los padres de la menor no fueron localizados, al igual que otras dos personas que tenían su domicilio camino a Cuacuila.
“Llevamos toda la noche en vela tratando de encontrar a nuestros vecinos desaparecidos, nos estamos turnando para trabajar en la limpieza del camino y de momento ninguna autoridad nos ha apoyado”, lamentó otra vecina.
Aunque trabajaban con esfuerzo por liberar el camino a Cuacuila y localizar a los desaparecidos, los vecinos eran conscientes de que si volvía a llover tendrían que frenar las labores y refugiarse para salvar sus vidas.
Durante la tarde del domingo se registró otra lluvia, aunque ésta fue de menor intensidad, por lo que el temor porque ocurrieran más deslaves hizo que los vecinos frenaran los trabajos de búsqueda y limpieza.
Información: REFORMA
