Por Alejandro Mondragón
Desde la Fiscalía de Puebla se torció el nuevo sistema penal. Nadie lo remedia, porque representa una fuente de dinero y poder para corromper los juicios orales.
El fiscal Víctor Carrancá debe recibir su moche para tolerar que su operador Gustavo Huerta Yedra, fiscal General Regional y ex agente del Ministerio Público Federal, haga de las suyas.
Llegó proveniente de Guadalajara, Jalisco. En Puebla, reprobó las pruebas de confianza. Su hermano, Jesús Martín, como subdelegado de la PGR en Chihuahua, fue decapitado por la delincuencia organizada.
Ahora Gustavo, desde su inmejorable posición, gira instrucciones para que la directora Alejandra Odette Flores Ventura ordene a los defensores públicos no aparecerse en las audiencias de oralidad.
Una vez fuera de los casos, designan abogados litigantes particulares a modo, quienes son los que ganan los asuntos para el fiscal Huerta Yedra, claro, con el respectivo cobro de sus servicios a los acusados que tienen audiencias orales.
Fuentes de la Fiscalía, consultadas por este reportero, han detectado esta práctica.
Han manifestado que se reclutan abogados del interior del Estado, donde ya se llevan a cabo los juicios orales penales, como Teziutlán, Libres y Tehuacán. Ahora, ya han llegado a la ciudad capital.
Incluso, en el colmo del cinismo los mandan a mudarse a Puebla.
¿Nombres?
Antonio Pérez León de Libres, Jorge Esteban Vázquez de Tehuacán y Oty Marxiodet Salas Castelán de Teziutlán.
Sólo basta ver las audiencias de oralidad en el Centro de Justicia Penal ubicado en la 11 Sur en Castillotla, para comprobar que los “exitosos litigantes” casualmente atienden la mayoría de las audiencias.
La desgracia es para los abogados penalistas de la capital que se preguntan ¿cuándo sucedió que los foráneos se hicieron tan famosos que todos los acusados los buscan?
¿Cómo logran tener el contacto con todos los acusados de un delito para atender tantas audiencias?
¿Cuál es la receta para hacerse famosos de la noche a la mañana?
No sería la primera vez que el Fiscal Huerta Yedra antepusiera intereses personales a sus obligaciones legales, ya que en las zonas del interior del Estado en las que es responsable de los Ministerios Públicos se ha dado esa práctica que margina a los litigantes que de buena fe pretender llevar la defensa de algún inculpado y que por esta chicana ilegal ,el Fiscal Huerta Yedra termina siendo juez y parte al controlar a la defensa y al ministerio público.
Y Víctor Carrancá lo tolera, porque Huerta Yedra es al único que rinde cuentas.
Ese es el nuevo sistema de justicia penal, que Peña Nieto dejó en manos de sus aliados gobernadores.
Ya ni la chingan.