Por: Socorro López Espinosa
La radiografía económica de los 12 estados donde habrá elecciones no puede ser más elocuente para que pudiera incidir de algún modo en el voto de millones de personas. Puebla es uno de los estados de ese grupo con resultados negativos en los últimos cinco años, en el que no ha servido de nada “no pedir un solo peso prestado”.
Como dice el clásico en al término de un juego de beisbol sólo queda la frialdad de los números, así en Puebla, son las cifra, los resultados los que permiten evaluar el final de una administración.
El estado de Puebla presenta un serio deterioro en sus principales indicadores de económicos en los cinco últimos años, poco o nulo avance registra comparado con años o décadas anteriores
El semáforo económico electoral, basado en datos del Inegi, dado a conocer por la agrupación México ¿Cómo vamos? no deja lugar a dudas.
En los últimos 5 años la economía de Puebla creció 3.2 por ciento, en promedio, menos que Tlaxcala que lo hizo en 3.4 por ciento, lo que demuestra la debilidad de la capacidad de producir, que no se responde a la necesidades de la población, la cual cada día pierde poder adquisitivo, con empleos de baja calidad y una remuneración que no es suficiente para adquirir, por lo menos, la canasta básica.
Destaca el rubro de deuda pública. Seis de los 12 estados presentan una disminución en la adquisición deuda reportada ante la Secretaría de Hacienda, Puebla está entre ellos.
Tlaxcala presenta casi “cero deuda”. Cabe señalar que en esa entidad por Constitución no se permite “heredar” débito al siguiente gobierno, así que cada administración puede adquirir deuda pero debe liquidarla en su propio ejercicio, lo cual de alguna forma permite que la entidad tenga sus finanzas sanas.
De los 12 estados con deuda menor crecimiento al promedio nacional están Puebla y Aguascalientes, incluso están en el mismo. El comparativo vale la pena porque Aguascalientes es el único estado que tiene todos los indicadores del semáforo económico en verde.
En pobreza laboral Puebla tiene un nivel mayor al promedio nacional, pero además aumentó en los últimos cinco años, y aunque Tlaxcala también registra pobreza laboral, la disminuyó en el mismo periodo, e incluso está en mejores condiciones que Puebla.
Aguascalientes creció en los últimos cinco años en un promedio de 5.5 por ciento anual; rebasó en 108 por ciento su meta de generar empleo necesario; disminuyó el porcentaje en personas con pobreza laboral.
Como dice la agrupación México ¿Cómo vamos? Aguascalientes demuestra que los recursos naturales y le petróleo no son indispensables ni clave para la prosperidad¸ sino que lo realmente importante y necesario es tener políticas públicas adecuadas, planeación y continuidad para alcanzar los objetivos y generar bienestar en el estado.
Tal como lo afirma Manuel Molano, director adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMC), si Aguascalientes pudo crecer en 5.5 por ciento anual, el resto del país también “solo es tema de voluntad política e instituciones”.
La política pública de Aguascalientes se basó en la transición de agricultura a industria¸ en actividades de valor agregado, diversificó su economía hacia manufacturas e hizo buena inversión pública¸ y todo ello en un solo periodo de 5 años de gobierno.
Ante la frialdad de los números, caben las siguientes preguntas:
¿Se podrán revertir tales resultados con ofrecer seguro a los campesinos?
¿Se podrán revertir tales resultados con devolver el pago de las fotomultas?
¿Se podrán revertir tales resultados con cuestionar únicamente los gastos en megaobras de los últimos años, sin presentar opciones?
¿Se podrán revertir tales resultados con dar uniformes gratuitos a los escolares de todos los niveles?
¿Se podrán revertir tales resultados con presenta análisis de antidoping?
¿Se podrán revertir tales resultados con sólo decir que será sensible a las demandas sociales, pero sin decir cómo atenderlas?
¿Se podrán revertir tales resultados con solo mantener enfrentamientos verbales entre los propios candidatos por aspectos de patrimoniales?
¿Se podrán revertir tales resultados con solo decir que habrá grandeza en el campo poblano, sin decir los cómos?
Hasta el momento quienes aspiran a dirigir el estado de Puebla durante 20 meses sólo han presentado ideas generales, actividades generales de lo que pretenden realizar, pero ninguna de dichas propuestas pueden definirse como una política pública.