Por Shanik David
La estrategia de amenazas a alcaldes por medio de la aprobación de sus cuentas públicas para que apoyen al candidato oficial se trata de una práctica del viejo PRI que no se ha podido eliminar del todo en la actualidad del país y que, en el caso de Puebla, pone en evidencia que Rafael Moreno Valle, aunque opera bajo las siglas del PAN, sigue siendo priísta.
Esto lo sentenció Carlos Sotelo, secretario de Asuntos Municipales del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, quien si bien dijo que esta práctia es común en todo el país, representa que los gobiernos de alternancia tanto a nivel nacional como estatal no han logrado acabar con las mañas del PRI.
Refirió que aunque hay cerca de 10 presidentes municipales del PRD que han apoyado a José Antonio Gali Fayad pese a la negativa del partido de aliarse con el PAN, en algunos de los casos esto se debe a las presiones que han recibido de parte de las autoridades, que van desde recursos para obras en sus comunidades hasta amenazas con sus cuentas públicas.
Sin embargo, dado que apoyar al candidato de trata de una decisión personal de cada uno de los ediles, se procederá a la expulsión de los mismos, pues aunque los 26 alcaldes perredistas han sido presionados la mayoría ha optado por mantenerse en resistencia, refirió el representante de la dirigencia nacional, aunque no pudo dar un estimado de cuándo se podría concretar esta sanción.
Agregó que no sólo porque una persona, en este caso los presidentes municipales, le hayan dado la espalda al partido implica que los perredistas de sus municipios se hayan sumado al candidato oficial por lo que negó la llamada “ola amarilla” que ha presumido el panismo en últimas fechas.
Esto lo comentó en una reunión donde los ediles de Mixtla, Zautla, Tulcingo de Valle, Piaxtla, San Jerónimo Xayacatlán, San Martín Toltotepec, San Pablo Anicano, Atzitzintla y Tepeyahualco manifestaron su apoyo a la candidatura de Roxana Luna Porquillo.
Fue el edil de Tepeyahualco, Francisco Palacios, quien señaló de manera puntual uno de los casos de presión que recibieron, cuando en enero pasado se les citó a una reunión para conocer al nuevo secretario General de Gobierno, Diódoro Carrasco Altamirano. Al llegar, se les requirió a todos los presidentes que dejaran sus teléfonos celulares en la entrada, y una vez adentro se les hizo circular una documento que debían firmar el cual era un posicionamiento a favor de la coalición con el PAN.
De manera automática el presidente municipal se paró para pedir que lo dejaran salir, pero esto le fue negado, “me dijeron que me quedara a comer pizza vilmente”, recordó al señalar que fue el subsecretario de Gobernación, Arturo Cornejo quien lo presionó.
“Un servidor no le tiene miedo al gobierno, somos institucionales y perredistas, los gobiernos de izquierda no se ponen de rodillas” destacó el presidente municipal al decir que no le tienen miedo al gobernador del estado.