Por Shanik David
Cada ocho días se comete un feminicidio en el estado de Puebla según reconoció el fiscal general del estado Víctor Carrancá Bourget durante su comparecencia frente a los diputados locales.
La aceptación del creciente número de casos pareció responder más a la exigencia social que se ha dado en los últimos días que a una cuestión de autocrítica, pues pese a que el funcionario estatal brindó cifras concretas del número de casos que se han dado de enero de 2015 a la fecha, también se justificó al referir que “estamos por debajo de la media nacional”.
Los números representan una tendencia a la alza en este tipo de casos, pues mientras en los 12 meses de 2015 fueron 37 casos, antes de que termine febrero ya van 13 feminicidios en la entidad, lo que implic que en 55 días se ha alcanzado una tercera parte de los casos de todo el año pasado.
En su intento de justificar la cifra, apuntó que de los 13 casos de este año en el 70 por ciento, es decir nueve, ya se consignó a los responsables.
Además, dejó entrever que la cifra de 2015 podría no ser la correcta, pues recordó que fue hasta junio cuando se aprobó la reforma al Código Penal por medio de la cual se clarificó la tipificación del feminicidio y detalló de manera puntual cuáles son los aspectos que identifican a este delito.
Esto podría significar que de los 94 homicidios de mujeres de 2015, aunque 37 están tipificados, otros podrían cumplir con la causal, pero dado que no existía el marco legal no se investigaron como tal.
Añadió que desde que se cuenta con la tipificación y el protocolo de acción para atender estos delitos, todos los homicidios de mujeres se investigan como si fueran feminicidios, y es con el paso de la investigación que se van confirmando o descartando las causales.
Este discurso dista mucho de las posturas dadas en fechas anteriores por el fiscal, quien incluso hasta hace unos días sólo reconocía siete feminicidios este año.
Este cambio de discurso le fue cuestionado por la diputada Geraldine González, quien lo acusó desde tribuna de haber sido uno de los detractores de la alerta de género en el estado, ante lo cual Carrancá Bourget se defendió al decir que él no estaba en contra de esta medida, sino que no le corresponde a él solicitar la aplicación de este protocolo.
También se justificó sobre los señalamientos que se han hecho en su contra cuando refiere que tal o cual delito es o no feminicidio, al decir que sus posturas no son cuestiones personales sino que toma como base lo que marca la ley para señalar los delitos en cuestión.
Durante la discusión del tema, la diputada Silvia Tanús aprovechó su tiempo en tribuna para además lanzar una crítica frontal en contra del partido Movimiento de Regeneración Nacional, luego de que el miércoles se publicó en redes sociales un vídeo en el cual representantes de dicho instituto político responsabilizaron tanto al PRI como al PAN de la situación de violencia que viven las mujeres.
Censuró que haya personas que intenten politizar la vida humana y no sólo eso, que no se le dé el valor que merece la muerte de una mujer embarazada; no es minimizar el asunto, pero tampoco es exagerarlo con un fin político, indicó la priísta.
Delincuentes usan los derechos humanos para protegerse
En cuanto a las preguntas que se le hicieron sobre el tema de las violaciones a los derechos humanos que han documentado organizaciones locales y nacionales, Carrancá Bourget comentó que sólo se han emitido dos recomendaciones por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en contra de la antes Procuraduría General de Justicia, y que en 2015 la Comisión de los Derechos Humanos del estado generó otros tres pliegos de observaciones.
Sin embargo, refirió que se ha detectado que delincuentes, como una forma de protección personal, suelen portar credenciales para acreditarse como miembros de supuestas organizaciones defensoras de los derechos humanos, y cuando son detenidos argumentan que es una acción política.
En particular mencionó que esto se ha dado en casos en los que han detenido a secuestradores, quienes para defenderse dicen ser miembros de organizaciones no gubernamentales que al final resultan ser “patito”.
