28-03-2024 08:22:59 AM

Caso del Padre Nicolás, ejemplo de impunidad de pederastas

Por Shanik David

En los últimos años lo más importante para la iglesia se ha convertido el cuidar su imagen por encima de la protección de la infancia, es por esto que se han generado redes completas de protección a sacerdotes acusados de pederastia.

Entre estos casos se encuentra el del sacerdote Nicolás Aguilar, quien en la década de los ochenta abusó de niños en la región de Tehuacán e incluso en Estados Unidos, y quien, a la fecha se desconoce su paradero.

Esto lo comentó Alberto Athié, defensor de los derechos de las víctimas de abuso por parte de sacerdotes, quien señaló que en la actualidad no se tiene un registro claro de la ubicación Aguilar, quien fue movido en muchas ocasiones por “cuestiones de salud” -término que usa la Iglesia para transferir a sacerdotes que representan algún problema-.

El activista explicó que es posible que en alguna parte se le siga llamando “Padre Nicolás” pese a que se han documentado decenas de casos de niños que fueron abusados sexualmente por él, pero al tener el apoyo de la iglesia es imposible que sea sancionado.

Este caso ejemplifica las redes de protección al interior de la grey católica, sin embargo estas complicidades e impunidad no sólo se viven dentro de la religión sino que hay casos en que las propias autoridades civiles le dan “fuero” a los sacerdotes.

El tema, explicó el activista, tiene muchas vertientes. En primer lugar los padres de familia, por su propia educación católica, antes de acudir a denunciar se acercan con los jerarcas de la iglesia para acusar al sacerdote en cuestión; en estos encuentros, los obispos piden que el tema se maneje “entre nos” y no se haga público.

En los casos en los que los padres de familia se acercan a los ministerios públicos el trato es similar. Los niños son objeto de revisiones abusivas e incluso sin catalogados como “putitos”, pues se les acusa de que ellos fueron quienes provocaron al sacerdote.

Estos dos escenarios son los que llevan a que no se denuncien los casos y, en consecuencia, no se tenga un reporte claro del número de víctimas, aunque se sabe que este es un problema que continúa en la sociedad actual sin que se haga mucho por evitarlo.

Refirió que incluso las propias arquidiócesis amenazan a quienes denuncian, situación que se ha dado en Oaxaca, donde en las últimas fechas se han reportado casos de este tipo pero en vez de apoyar a los ciudadanos las autoridades eclesiásticas movieron a un sacerdote que denunció estos abusos y se han lanzado amenazas a la población de que si siguen presentando quejas por estos casos ya no les enviarán párrocos.

Esta situación, continuó Athié, sólo se puede combatir si la propia sociedad responde y si se dan presiones desde el interior de la propia estructura religiosa, como se dio en Estados Unidos, pues cuando se dieron a conocer los casos de abusos por parte de sacerdotes los laicos retuvieron los apoyos económicos a las diócesis en tanto no se investigaran los hechos.

Además, lamentó que durante su visita a México el Papa Francisco haya mantenido una postura ambigua en relación a este tema y que la única postura dura que tuvo la dio en privado y no en alguna reunión con la arquediócesis.

Apuntó que él tiene el poder de deshacer la estructura de protección que hay al interior de la Iglesia, y pese a esto no ha hecho esto y en las reuniones que sostiene con las víctimas, tanto Francisco como sus antecesores, sólo ofrecen sus disculpas y expresan dolor, pero no prometen la sanción de los responsables.

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