Por Alejandro Mondragón
Se multiplican los mensajes encontrados en el PAN con la designación oficial del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, como coordinador de la Comisión Política del CEN.
Sus porristas aseguran que será más poderoso que el propio Ricardo Anaya.
Sus detractores internos opinan que en realidad Moreno Valle será controlado desde ahí y cuando se entere que los pronunciamientos de la Comisión Política suelen condenar al presidente y gabinete en turno, quedará expuesto ante su aliados en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los yunquistas consideran que Anaya paga de esta manera el respaldo financiero y de estructura que dio el gobernador para que fuera presidente.
Los maderistas afirman que Moreno Valle será traicionado más tarde que temprano por Ricardo Anaya. Ellos tienen experiencia.
Los calderonistas, aunque fueron marginados de posiciones en el equipo de Anaya, están felices, porque en varios encuentros privados el líder nacional del PAN ha expresado su simpatía para el 2018 a favor de Margarita Zavala.
Anaya Cortés muestra con números que ella es la que arroja los más altos índices de competencia en lo interno y externo.
Representa a ese panismo que Anaya ha decidido apoyar como tabla de salvación. El líder nacional ya resolvió no jugar 2018 y esperar la que sigue para presentar su proyecto.
El dirigente nacional de Acción Nacional ya sabe que si hace trampa en el proceso de elección provocará la ruptura y la salida de Margarita Zavala del PAN con un éxodo significativo que podría relegar al partido hasta el tercer lugar, como en el 2012.
Por eso, Anaya está en la ruta de Margarita y necesita entretener a Moreno Valle con una Comisión Política que enfrente a Peña Nieto.
Eso explica los nulos respaldos legislativos a la causa morenovallista, aventarle la reforma federal de independientes y mandarlo a coordinar una comisión para el tema de las alianzas para controlar sus pasos y usar sus relaciones con la izquierda.
Hoy, para el 2016, enfrenta muchos negativos, trae un desastre en la comunicación y en su equipo operativo de campaña, porque él asume la coordinación de la campaña de Gali, donde nada se moverá sin su autorización.
Por ejemplo, encargó su proyecto sucesorio a la operación política de Luis Maldonado Venegas, Marcelo García Almaguer y Jorge Aguilar Chedraui, todos bajo la supervisión de Martha Érika Alonso, o sea él.
