Por Shanik David
Los problemas de inundaciones que se han dado en las últimas semanas en diferentes zonas de la ciudad de Puebla no se deben a la acumulación de basura en las calles, como argumentaron funcionarios estatales, sino a la mala planeación en las obras de infraestructura del gobierno estatal, acusó Francisco Romero Serrano, presidente del Consejo de Organismos Empresariales.
Agregó que es de suma importancia y urgencia que las autoridades tomen cartas en el asunto y hagan las modificaciones en las obras que se han hecho para evitar estas anegaciones, pues el parque vehicular en la zona metropolitana crece de manera exponencial, lo cual representa otro factor de riesgo.
“No es incompetencia, esto es como el catolicismo hay pecados de palabra, obra y omisión, y los de omision son tan graves como los de obra, aquí estamos hablando de la omisión en la planeación y en el seguimiento de los resultados pots lluvias, y alguna solución deben de tener”, puntualizó el empresario.
Incluso, indicó que para hacer las reparaciones que se requieran en las zonas de las obras para evitar que se vuelvan a inundar, sí se deben aplicar las gantías de vicios ocultos, pues como parte del diseño de los proyectos ejecutivos se deben contemplar los mecanismos para evitar este tipo de afectaciones.
Pese a esto, Romero Serrano aseguró que la responsabilidad no es únicamente de las empresas constructoras, sino también de la propia Secretaría de Infraestructura y Transportes, la cual además de solventar el gasto en las reparaciones debería pagar alguna indemnización a los automovilistas cuyos vehículos fueron afectados por la inundación, ocasionada por “obras mal hechas”.
Otro de los ejemplos de la mala planeación en las obras que se han realizado son los contantes cierres viales, y la reducción de carriles, lo cual en vez de ayudar a la movilidad afectan el tránsito de los vehículos.
Como ejemplo señaló que hace unos años trasladarse de la zona del centro a alguna de las colonias cercanas requería unos 10 minutos pero ahora los usuarios pasan más de 20 minutos atrapados en el tráfico, lo cual representa que se ha perdido la fluidez en las calles principales de la capital.