Por: Socorro López Espinosa
Los primeros días de septiembre próximo será tiempo de definiciones económicas por parte del gobierno federal, presentará el Paquete Económico para 2016, al tiempo que anunciará una serie de medidas fiscales que sirvan de “respiro” para millones de contribuyentes y a su vez de impulso a la actividad económica.
Y en medio de la volatilidad financiera internacional y el lento avance de la economía mexicana, Enrique Peña Nieto rendirá su tercer informe de gobierno.
Hasta el momento los resultados económicos no son muy alentadores, en tanto que 2016 se prevé muy complicado, básicamente por el entorno mundial que podría golpear más las finanzas públicas.
El gobierno tiene que aplicar una estrategia tal que permita mantener sanas las finanzas, las cuales dependen de los ingresos. Los precios del petróleo, el movimiento en el mercado bancario, la recaudación fiscal interna son aspectos, entre otros más, que influyen en la estabilidad macroeconómica del país.
La economía mantiene un lento crecimiento, para este año se estima en aproximadamente 2.5 por ciento, y para el próximo entre 25 y 3.5 por ciento, un rango bajo para el potencial que tiene el país, pero dicho crecimiento está vinculado a la actividad que registre nuestro país del norte Estados Unidos, y mientras éste no tenga un franco despegue en su consumo interno e inversiones, la economía nacional no presentará mayores cambios.
Desde el año pasado se sabía que 2016 sería un año muy difícil, por la baja de ingresos petroleros y eso determinó la forma de elaborar el presupuesto; aunque no se veía que el entorno internacional fuera a complicarse aún más.
En 2016 el gobierno federal tendrá menos recursos para ejercer, por consiguiente los estados también, lo cual influirá en la realización de obra pública y la prestación de diversos servicios.
No es suficiente que haya un ligero crecimiento en el consumo interno, si la economía de las familias mexicanas se mantiene vulnerable¸ porque los empleos son de baja calidad, porque los ingresos no son adecuados para cubrir sus necesidades básicas, porque más de 30 millones de mexicanos se mueven en la economía informal, y porque más de 55 millones de mexicanos viven en la pobreza.
De ahí que las medidas que anuncie el gobierno federal en los primeros días de septiembre y el mensaje que dé Peña Nieto durante su informe que rendirá la próxima semana, pueden ser elementos para rescatar un poco la confianza de los mexicanos.