Sin una mayoría simple en San Lázaro, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) deberá buscar alianzas con otras bancadas para lograr acuerdos y alcanzar la aprobación de algunas leyes, donde el gobierno también deberá operar para salir avante.
Con base en los resultados del PREP, el PRI tendría 198 diputados federales y con su alianza con el Partido Verde, que aporta 45, alcanzaría 243 diputados federales, cifra aún lejana para lograr la aprobación de cualquier ley de ahí que deba pactar con otras fuerzas; por supuesto está descartada la de Morena (que tendrá 34 legisladores), falta ver si el tricolor consigue o no el apoyo del blanquiazul, Movimiento Ciudadano, Panal y/o del PT.
El trabajo no será nada sencillo para la bancada del tricolor y mucho menos para el gobierno federal que, de entrada, deberá sacar el presupuesto; aunque ya se tiene una ligera idea de cómo quedará una vez que la Secretaría de Hacienda anunció hace semanas el ajuste para 2016.
Mientras tanto, unas de la leyes que se frenó en el Senado (después que los actuales disputados la aprobaron) es la de Ahorro o conocida como “Ley Ficrea”, la cual contemplaba la creación de una especie de “fobaproa” exclusivo para que los miles de inversionistas recuperaran al cien por ciento su dinero, pero con recursos de los mexicanos que sí pagamos impuestos.
Además, dicha ley contempla la desaparición de cooperativas y cajas de ahorro y, prácticamente, las obliga a convertirse en Sociedades Financieras (Sofipos), lo que dejaría desprotegidos a miles de personas que tienen un bajo ingreso y poca capacidad de ahorro pero que sí desean invertir, en su gran mayoría son habitantes de zonas rurales o suburbanas.
Estos puntos fueron los que finalmente obligaron a que el Senado no discutiera en el pleno dicha legislación; así que se supone que la Cámara Alta la revisará y, por consiguiente, la regresará a San Lázaro y es ahí donde la nueva legislatura tendrá que revisarla a conciencia.
Como esta ley hay otras más que esperan ser analizadas, revisadas y sometidas a discusión en el Congreso de la Unión, que serán fundamentales para la buena marcha del último tramo del gobierno de Peña Nieto.
Y en el ámbito ejecutivo, el gobierno peñista deberáesforzarse para aplicar las reformas que permitan reactivar la economía.
Así que Peña Nieto tiene la oportunidad de relanzar su gobierno, de aprovechar al máximo los tres años que le restan.