Vienen con todo, traen recursos de sobra y se mueven de acuerdo a una estrategia bien determinada, que juran mostró ya su eficiencia en el triunfo del hoy gobernador de ese estado, el priista Roberto Sandoval Castañeda.
El invaluable apoyo que el mandatario nayarita le brinda a Armenta se basa en una estrecha amistad que surgió a partir de la convivencia entre ambos, cuando el poblano se desempeñaba como Director General del Registro Nacional de Población.
Tepeaca es uno de los distritos que, en teoría, está considerado como de alta prioridad para el gobierno del presidente Peña Nieto y cuyo resultado, de acuerdo con encuestas, es de pronóstico reservado.
El de Nayarit, no es el único apoyo oficial del que goza el ex funcionario marinista.
Desde finales de 2014, como publiqué en este espacio, el edil de Acatzingo Carlos Alejandro Valdez Tenorio, se ha dedicado a apoyar en cuerpo y alma el proyecto del candidato priista.
Se trata, por lo menos, de un asunto de reciprocidad.
Armenta Mier —que gobernó ese municipio en el trienio 1993-1996— tuvo una influencia decisiva en la victoria de Valdez Tenorio en el proceso electoral de julio de 2013.
El edil financia además el “proyecto Armenta” a través de sospechosos pagos que se hacen desde la presidencia municipal a consultoras fantasma, que cobran muy caro por sus supuestos servicios, pero nadie sabe exactamente la razón por la cual se les contrata.
Y es que, en la visión de Armenta y compañía, si quiere ganar la diputación va a necesitar sacar provecho de todas sus relaciones políticas y juntar la mayor cantidad de recursos que sea posible.
La razón es simple: la campaña de su contrincante, el hoy morenovallista Mario Rincón, es también un auténtico cochinero.
El apoyo que el novel panista ha recibido por parte del gobierno del estado ha sido de un descaro tal, que se trata del candidato con mayor número de denuncias en contra, en el actual proceso electoral.
Actos anticipados de campaña, rebasar los montos estipulados como tope de gastos y colocación de propaganda en lugares prohibidos son apenas un modesto ejemplo del desaseo.
Como puede ver, Tepeaca se ha convertido en un marranero en donde los dos principales candidatos utilizan sin reparo recursos oficiales para intentar ganar a como dé lugar.
Se trata de la lucha de dos estructuras financiadas con dinero público que buscan colar a un par de incondicionales a base de acciones consideradas como delitos, de acuerdo con lo estipulado en la ley electoral.
Casos como el de Tepeaca muestran con toda claridad el por qué del desencanto de los ciudadanos hacia la actividad política y la falta de confianza generalizada a partidos y candidatos.
No es casual entonces que se anticipe desde ahora que la elección del próximo 7 de junio vaya a ser una de las menos concurridas de la historia.
Con razón.