Publica El Financiero que la convergencia de dispositivos móviles con los cajeros automáticos eleva las posibilidades de desarrollar nuevos servicios para el usuario final y fortalecer la seguridad con el uso de la identificación de datos biométricos como una de las tendencias en la actualidad.
Al pensar en las tendencias futuras en la industria de los cajeros automáticos, (ATMs por sus siglas en inglés), la integración móvil, la transformación de las sucursales bancarias, la seguridad y el reciclaje de efectivo son las principales categorías de inversiónque predominan en cada región del mundo.
Dos de los bancos más grandes de Israel serán las primeras instituciones en ese país en usar la identificación por datos biométricos para autorizar transacciones de sus clientes en su red de cajeros automáticos a través de una aplicación en los teléfonos inteligentes para escanear la huella del dedo para confirmar su identidad.
La convergencia de teléfonos inteligentes con los ATMs es una vía para utilizar la tecnología biométrica de reconocimiento a un menor costo, según estos bancos israelíes, ya que instalar puntos de identificación biométrica en los ATMs es muy costoso.
En Europa, la primera red de cajeros biométricos fue anunciada en 2014 por ITCARD, proveedor de servicios bancarios en Polonia, que implementará una red de dos mil máquinas que a través de la tecnología de reconocimiento de venas en el dedo dará el acceso a los usuarios para transacciones de retiro, consulta de balance o transferencias, sin necesidad de tarjetas o pin, una tecnología desarrollada por Hitachi Europe.
“Las contraseñas han sido por mucho una parte integral y aceptada en las transacciones de los usuarios. Reemplazarlas con alternativas biométricas como huellas de los dedos provee mayor seguridad,sin embargo no elimina por completo los riesgos de caer en la ciberdelincuencia”, según Matt White, gerente senior de KPMG en la práctica de ciberseguridad.
Expone que el mayor reto para que la biométrica continúe expandiéndose entre los usuarios de servicios financieros es el establecimiento de la confianza del consumidor. “Tratar de convencer al promedio de personas de implantar una pieza de tecnología para incrementar la seguridad de su cuenta ya percibida como segura, es un batalla difícil de ganar”, advierte KPMG.