De las 137 concesiones que fueron rescatadas para el inicio de operaciones de la Red Urbana de Transporte Articulado, 23 pertenecían a la familia Reyes Bocardo, según se indica en el decreto que publicó el gobierno del estado para sacar de circulación al transporte público de la 11 Sur.
Esta medida fue notificada a altas horas del jueves por la noche, con la finalidad de que el viernes por la mañana el camino estuviera abierto para el Metrobús.
Transportistas explicaron que fue por la noche y madrugada cuando personal de la Secretaría de la Contraloría llegó a los domicilios particulares de los concesionarios, donde a manera de notificación pegaron en las puertas copias del Periódico Oficial del Estado donde venía la lista de las concesiones rescatadas.
En el documento se indica que son 137 concesiones que “impactaban” de manera directa al Metrobús, por lo que por una cuestión de utilidad pública se determinó el rescate de las mismas.
En el listado se presentan los nombres de los titulares de cada concesión, destacando Delfino Reyes Bocardo con 20 y su hermano, José Mario, con tres.
El líder de los transportistas lleva varios días escondido, por temor a ser objeto de una detención como ocurrió con Ángel Sierra, quien fue arrestado junto con su esposa y padre, quienes también eran transpotistas, y obligado en prisión de firmar la cesión de sus concesiones para el Metrobús.
Al darse la notificación a altas horas de la noche, hubo transportistas que no se enteraron, por lo que la mañana del viernes los conductores de las rutas 34 acudieron de manera normal para empezar su jornada a las 5 de la mañana, pero al salir de los encierros se encontraron con un operativo de la Secretaría de la Contraloría, en el cual se detuvieron nueve camiones.
Esto, bajo el amparo del decreto de rescate, en el cual se indica que los titulares de las concesiones pueden ser detenidos en caso de que sus camiones circulen sobre la 11 Norte/Sur una vez entrado en vigor el rescate, es decir, el pasado viernes.
Por la tarde, los transportistas se reunieron para definir las estrategias legales que implementarán para defenderse ante esta situación, sin que hasta el momento haya una definición.
Caos en los paraderos
La falta de información afectó no sólo a los transportistas, sino a los ciudadanos, pues en algunas zonas del extremo sur de la capital quedaron incomunicados.
Con la desaparición de los camiones, pobladores de comunidades como Guadalupe Tecola y Azumiatla se quedaron sin transporte público, por lo que tuvieron que recurrir a diferentes opciones para acercarse a la ciudad y ahí tomar los camiones del Metrobús.
Algunos ciudadanos usaron camionetas de carga para transportar a las personas, esto por una cuota de 15 pesos; además tuvieron que usarse taxis colectivos o en algunos casos caminar largos tramos para poder encontrar transporte.
En la página de internet del RUTA se detalla que el segundo corredor tiene 15 rutas alimentadoras, sin embargo ninguna de éstas llega hasta la zona de Azumiatla, siendo el último punto en su recorrido es el cruce de la calle Serdán y el Puente Nacional.
