Aunque este martes fueron despedidos alrededor de 500 trabajadores del gobierno del estado, éstos no serán los primeros sindicalizados que son de baja, esto como parte de las medidas de “austeridad” que buscan implementar las autoridades.
De acuerdo con algunos de los empleados que fueron dados de baja, se prevé que sean alrededor de tres mil personas las que serán despedidas en el transcurso de las próximas semanas, y que tan sólo en la Secretaría de Administración y Finanzas se estima que sean mil 500 bajas las que se ejecuten.
A pesar de que los trabajadores que han sido afectados con estos recortes son sindicalizados, lo cual debería garantizarles la protección a sus derechos laborales, ellos mismos aseguran que es como si no hubiera una dirigencia en el sindicato.
“El mismo gobernador los puso, si nos dicen qué hacer es para favorecerlo a él”, comentó una de las mujeres despedidas, quien pidió no se publicara su nombre, pues si bien dijo que “ya no tiene nada que perder”, teme las represarías que podría tener por parte del gobierno.
Acompañada por otros trabajadores despedidos de la Dirección de Gobernación, área adscrita a la Secretaría General de Gobierno, la mujer explicó que no hubo un aviso previo para su despido, y que fue cuando llegaron el pasado martes, luego del fin de semana largo, e intentaron checar su ingreso e inicio de la jornada laboral, que se dieron cuenta que habían sido dados de baja del sistema.
Con molestia dijo que fueron tratados como si fueran muebles y no como personas, y que incluso ni sus propios jefes pudieron hacer nada al respecto, pues ellos mismos recién fueron nombrados.
Detalló que su superior directo le recomendó que empezara a tramitar su jubilación, pues con más de 30 años como trabajadora en el gobierno del estado ya es acreedora a ésta, sin embargo, dijo, su hoja de servicio, la cual es básica para este trámite, se la liberarán hasta junio, esto significa que serán tres meses los que estará sin un ingreso.
Esta primera oleada de despidos fue directamente contra los trabajadores de mayor antigüedad y, en consecuencia, los de mayor edad, pues todos tenían alrededor de 30 años de trabajo; pese a esto, el temor corre entre los trabajadores más jóvenes, quienes dicen “están en la tablita”, pues sienten que ellos son los que siguen.
La justificación hecha a los trabajadores era que la situación económica del estado estaba siendo mermada por la baja en el precio del petroleo, por lo que no se tenía dinero suficiente para el pago de la nomina de todos los empleados.
Si bien desde hace ya dos semanas el entonces secretario de Finanzas y Administración, Roberto Moya Clemente, había dado a conocer que se harían recortes a áreas “no estratégicas”, el gobierno de estado aseguró que no habría despidos de trabajadores.
