El texto habla de la supuesta intentona del gobernador Moreno Valle y de importantes e influyentes personajes de “destituirlos de sus cargos, cancelarles su cédula profesional y ‘silenciar nuestro espíritu crítico del sistema’”.
La amenaza incluye, según Delgado, “campañas de desprestigio por corrupción, desaparición y hasta asesinato”.
La publicación del reportaje motivó que el domingo pasado, un grupo encabezado por Ana Teresa Aranda, Eduardo Rivera y Francisco Fraile, se reuniera con carácter de “urgente” para establecer una serie de acciones encaminadas a plantarle cara al gobernador y desmarcar el uso de la marca PAN al grupo político que representa al mandatario poblano.
Consideran que ya ha sido suficiente “que todos al interior del partido se digan panistas por igual”.
Por eso, analizan la posibilidad de hacer un deslinde público a través de la realización de una conferencia de prensa de alcance nacional y marcar las diferencias entre lo que ellos consideran es el “auténtico panismo” y “un grupo ajeno a la verdadera ideología blanquiazul que ha tomado por asalto el partido para hacerse de posiciones políticas de beneficio personal”.
Esto se decidirá hoy mismo en un desayuno que se llevará a cabo en un restaurante de la calzada Zavaleta, en donde además, acordarán dar a conocer a la opinión pública poblana una clasificación de los candidatos a la diputación federal en donde se diferenciará a los “verdaderos panistas” del resto de quienes pedirán el voto el próximo 7 de junio.
Sobra decir que en la reunión del pasado domingo no asistió personalmente el rector Derbez, pero sí un personaje de todas sus confianzas quién no solo avaló los puntos a tratar en el encuentro de ese día y los del desayuno de hoy, sino que confirmó lo publicado por el semanario Proceso.
Es evidente que la intentona del panismo ortodoxo de reivindicar los preceptos que le dieron forma al blanquiazul como partido resultan en los hechos meramente simbólicos.
No son, ni de chiste, una amenaza real para el grupo político del gobernador Moreno Valle, que hoy controla absolutamente el padrón de militantes a nivel nacional y los órganos partidistas de mayor influencia en la toma de decisiones importantes.
Sin embargo, en esta Puebla de la obsesiva unanimidad, en donde no pasa nada sin que lo decida la caprichosa voluntad del monarca, expresiones como esta vienen a oxigenar la plana, sosa y predecible vida política del estado.
Apretaron al rector
Los operadores políticos del gobernador Moreno Valle hicieron su chamba y apretaron con todo al rector Derbez.
La carta aclaratoria hecha llegar al semanario Proceso lleva todas las huellas de haber sido dictada desde Casa Puebla.
Llena de generalidades, en la misiva firmada por el rector, no se rechaza que el juicio de amparo exista y divaga en torno a las motivaciones que pudieron generarlo, apelando únicamente al “carácter técnico” del procedimiento legal.
Luego, los infaltables lugares comunes en donde se destacan ambiguos aspectos de la relación entre la institución educativa y el gobierno estatal: “respeto”, “cordialidad”, “institucionalidad”, “interés mutuo”, etc.
Pero del proceso legal y las amenazas recibidas: nada, absolutamente nada.
El libelo no aclara realmente nada, pero deja constancia de que quien se atreva a alterar las condiciones de sumisión que en la lógica oficial deben de existir entre el gobierno, los poderes del estado e instancias públicas y privadas de importancia social, política o educativa, sufrirá las consecuencias.
La carta que pretende aclarar lo que no aclara, la comparto íntegra con usted:
