23-11-2024 02:41:19 PM

Aniquilar al Yunque

tempestad09

Y así fue.

Aliándose con Dios y con el diablo, pactando sin cumplir, desechando a prescindibles y dejando un sinnúmero de heridas abiertas entre los integrantes de  la línea más ortodoxa del panismo nacional, el hoy gobernador de Puebla fue escalando posiciones y ganando espacios, hasta convertirse hoy en una de las dos figuras de mayor peso específico en la vida del partido.

Pero falta el remate: la aniquilación absoluta del yunquismo, para amarrar así a candidatura presidencial en el 2018: la auténtica joya de la corona.

Quien ha recibido al encomienda de lograrlo parece ser Germán Martínez, ex líder nacional del PAN y uno de los principales apoyos que tuvo Moreno Valle para llegar a al candidatura blanquiazul al gobierno del estado de Puebla.

Martínez pidió públicamente esta semana a Gustavo Madero, presidente del CEN blanquiazul tomar las medidas pertinentes para garantizar la desaparición de El Yunque.

El morenovallismo pretende así una carambola de tres bandas:

Mandar a un aliado como Martínez a golpear, presionar a Madero para que él sea quien declare directamente la guerra a la organización y paralelamente, negociar con los grupos más radicales del partido posiciones en caso de que el proyecto presidencial logre cuajar.

La elección de Germán no es casual.

Ya tiene experiencia en negociaciones similares en donde se utilizó prácticamente la misma estrategia.

Y es que, en el sexenio de Calderón, como líder del PAN, recibió la encomienda directa del presidente y amigo de aniquilar al enemigo histórico de Felipe y su familia y concretar así una venganza que llevaba décadas en el tintero.

En teoría, estaban dadas todas las condiciones para lograrlo: el control absoluto del partido y el apoyo irrestricto de la presidencia.

Sin embargo, Germán tenía otros planes.

Lejos de acatar las órdenes presidenciales, se acercó a los miembros de la organización.

Buscó a las cabezas visibles de los grupos de panistas defenestrados y les pidió un estudio completísimo de su situación.

Quiénes eran, qué hacían y las razones por las que habían sido relegados de posiciones importantes en gobiernos emanados del blanquiazul y en las estructuras del partido a nivel central y en las entidades federativas.

Una vez con la radiografía completa, lejos de aniquilarlos se acercó a ellos y pactó dejarlos vivir a cambio de garantizarle un paso tranquilo por la presidencia del CEN.

Y así fue.

Al mismo tiempo, al presidente Calderón le reportó que El Yunque, en los hechos, prácticamente ya no existía.

Que se trataba de una leyenda como la del Chupacabras o la Llorona y que no existían razones siquiera para preocuparse por una organización “muerta” en términos de influencia al interior del partido.

De esta manera, mientras Germán Martínez gozó de absoluta paz como líder del partido y en los años posteriores, Calderón recogió todo tipo de enconos, venganzas y traiciones, una vez terminado su sexenio.

¿Cómo la jugará ahora Germán?

latempestad

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