Hola, tú no me conoces ni yo a ti, además, soy demasiado pequeño para ser tomado en cuenta por ustedes; sin embargo, no lo soy tanto como para no percatarme de algunas cosas que sé que son importantes.
¿Sabes?, es un gran orgullo saber que mi papá, se dedica todos los días a cuidar a los demás, yo, así me siento todos los días más seguro.
Sé que mi papá está orgulloso de vestir diariamente el uniforme que mi madre le lava con tanto esmero y que a veces, y si me porto bien, mi padre me permite ayudarle a limpiar sus botas y a poner sus insignias en su lugar.
Casi nunca me puede llevar a la escuela, porque siempre trabaja y debe llegar temprano a su labor, y tiene que presentarse muy a tiempo cada vez, Y a veces, por su trabajo, ni siquiera puede llegar a la casa a dormir.
Entonces, cuando llega y le quiero platicar, está demasiado cansado, muchas veces molesto por los problemas, y a veces hasta lastimado.
Siempre me pide que estudie, que saque buenas calificaciones Porque él no quiere que cuando yo sea grande sea policía como, sin embargo, yo pienso que me preparare, haré todas mis tareas para ganarme el honor que hoy tiene el cada día, cuando sea grande: ¡seré policía!
A veces, cuando estoy en la escuela, mis compañeros o maestros se burlan de mí por el trabajo de mi padre, lo hacen menos y los otros papás evitan que sus hijos se lleven conmigo, sin embargo, cuando hay problemas lo primero que hacen todos, incluyendo a mi maestra, es llamar a la policía.
Eso no lo entiendo: ¿Por qué insultan a mi padre y a sus compañeros?, ¿por qué no respetarlo y quererlo como yo lo quiero, si solo cuida a los demás poniendo todo su esmero?
La gente en la calle le lanza insultos, lo menosprecia, y a veces, veo que de noche mi madre llora, dice que “si es peligroso el trabajo”, “que si tal vez un día ya no llegará”.
No veo por qué pueda pasar eso, si mi padre es mi héroe, es “Mi héroe”, y estoy seguro que siempre estará con nosotros, que siempre nos cuidará, que nunca se irá lejos, que siempre conmigo estará.
En ocasiones, leo la prensa que se burla de los uniformados como mi padre, y les llama desalmados, corruptos y cínicos y no sé qué cosas más, yo eso no lo entiendo, solo sé que es mi padre y que me ama, que lo amo y lo debo respetar.
Él procura que no me falte nada, es cierto, somos pobres y a veces las cosas no nos alcanzan, pero con su amor, cariño y su tiempo tengo, lo demás a veces no llega, pero pues ¡que caray!, es mi padre, lo amo y sé que atento a mí estará.
A veces me cuentan que el trabajo es peligroso, que un día nos puede faltar, sin embrago es lo que le nace, es lo que le gusta a nuestra ciudad y a su gente siempre cuidar.
A mí me da miedo si un día me faltara, pero en las noches él me ha explicado: “Que debo ser valiente, que ese es su trabajo”, “que decidió ser fuerte para cuidar nuestro Estado”, “Que si un día falta y no puede regresar, que cuide de mi madre y a mis hermanos, que estudie, que trabaje”.
En ese momento, habrá entregado su vida por nuestra comunidad, pero lo habrá hecho consiente y con un sentimiento fijo, dice que a él le puso el ejemplo “El que a morir por nosotros, mandó a su hijo”.
Entonces, ya con tristeza y sin algarabía, pero sí con mucho orgullo y con mi alma muy altiva, saldré en la noche, o a gritarle a todos en pleno día, a gritarle al cielo y gritarle a dios sagrado…
Que en honor a mi padre, porque su vida a mi país ha entregado: “Voy a ser policía, porque es un honor, porque es un orgullo. Y ese será mi legado”.
¿O no?