El primero fue hace un par de semanas: Alfonso Esparza Ortiz, rector de la BUAP, quien lo vio para pedirle que intercediera por él ante el gobernador Rafael Moreno Valle.
Ya no puede más con la presión; quiere una tregua.
¿Tregua?
¿De qué? ¿Por qué? ¿Para qué?
¿Qué está pasando al más alto nivel de las relaciones institucionales entre la BUAP de Alfonso Esparza y el gobierno de Moreno Valle para que Carlos Navarrete interceda y sirva de árbitro en una “tregua“?
Una vez más se confirma que la BUAP es ya una entidad sometida y supeditada al gobierno de Puebla, donde el jefe político de Esparza es Moreno Valle.
Ya ni las formas cuida el Tío Poncho.
El otro personaje que acudió a visitar a Carlos Navarrete fue el mismísimo secretario general de Gobierno de Puebla, Luis Maldonado Venegas.
El licenciado Jaiboles le pidió empleo. Sí, una chamba.
O ya sabe que será despedido o ya se quiere ir y busca su salida “digna“.
Bajita la mano deslizó ya no sentirse a gusto en Puebla y menos con Moreno Valle, tras los hechos en Chalchihuapan.
Así, le pidió un cargo partidista a Carlos Navarrete.
Ahora habrá que ver si Navarrete le cumple lo prometido de que en cuanto asuma la dirigencia nacional del PRD convertirá al amigo íntimo de Elba Esther Gordillo en responsable de la cartera de Estudios Legislativos.
Buen pretexto y mejor cargo para seguir en lo suyo.
Puede analizar los efectos de la dipsomanía en el ejercicio de la función pública.
Ahora ya se dieron cuenta que ni los propios morenovallistas lo soportan.