Los últimos años me he desempeñado como investigador independiente y esto me ha abierto la posibilidad de incursionar en diversas áreas que de otra manera no hubiera sido posible.
Es así como he andado en el campo de las nuevas tecnologías de la comunicación e información, me he sumergido en la hiperbrevedad y he desembarcado en la poesía, frente al micrófono en mi programa de radio he abordado temas que van desde los asuntos internacionales hasta la búsqueda de los mundos internos de la naturaleza humana. En los últimos meses he incursionado en el periodismo de opinión y he traído a este campo asuntos de diversa naturaleza con ciertos hilos conductores: la gestión del saber, el empoderamiento de las personas y sus comunidades, la prospectiva, la cultura de paz y la educación permanente.
He investigado sin las cortapisas o compromisos que aveces establecen las instituciones, en ese andar me he topado con otros colegas de diversas disciplinas que también se han dado el lujo de desarrollar durante años –algunos inclusive décadas- investigaciones que sin elpresupuesto y cobijo universitario están impactando al sector público y privado.
Vienen a mi mente algunos nombres como los siguientes: Luis G. Benavides Ilizaliturri y la metodología prospectiva sustentada en la participación social, así como el método sináptico para el aprendizaje de varias lenguas al mismo tiempo;Francisco Garzón Céspedes y José Víctor Martínez Gil y sus profusas investigaciones y labor en torno a la narración oral escénica;Luis Fernando Paredes Porras y el desarrollo de competencias lógico verbales en los niños a partir de desarrollar espacios en formato de programa de radio; Fernando Acosta Reyes y lo que ahora va tomando forma como la Sociedad para la Investigación de lo Extraño (SIDLE), José Gabriel Ávila Rivera y su pasión por la investigación epidemiológica;Miguel Ángel Pérez Rojas y la documentación de anécdotas para la conservación de la memoria familiar, en fin tantos nombres e igual número de investigaciones que seguramente en alguna otra ocasión abordaré.
Investigar por el placer de hacerlo es un ejercicio de hombre libre. Aunque nutritiva y benéfica por sus productos, esta actividad no cierra el círculo bondadoso sin la generación de más investigadores que renueven las academias formales o, mejor aún, continúen dando vida a los círculos informales de saber.
Para llegar al punto de propiciar el surgimiento de nuevas generaciones de investigadores independientes, implica que los mentores se despojen de los egoísmos que frecuentemente caracterizan el sistema de investigación formal -porque las gratificaciones o becas están de por medio-, pero de este lado informal no es el caso, aunque sí surge la resistencia a pasar la estafeta a quienes podrían poner en tela de juicio lo que la presente generación ha hallado.
Por otra parte, como en el ámbito informal de la investigación están ausentes los tamices que sí operan en la formalidad, es necesario el establecimiento de vínculos, que a su vez den pauta al surgimiento de redes de investigación informal para la compartición de resultados, metodologías, publicación de resultados y la posibilidad de encontrar las vías para incidir en políticas públicas, la transformación de sistemas de producción y la documentación de experiencias que a su vez sirvan de base para nuevas investigaciones.
Como lo anterior es vital y difícilmente se puede realizar de forma aislada, es importante la identificación de colectivos difusores de investigaciones independientes, el acercamiento entre organizaciones civiles de dicha naturaleza y la revaloración de las universidades y centros de investigación del saber que está surgiendo en la informalidad.
Por el bien de nuestros países es necesario que a la brevedad los ámbitos de investigación formal se abran a esos y otros paradigmas aportados desde la informalidad, y que éstos últimos no soslayen ciertas metodologías de documentación y sistematización que faciliten la comunicación de resultados.
No podemos perder más tiempo.