Tengo enfrente mi más reciente libro titulado Educar(se). Aportes a la educación para el siglo XXI, publicado bajo el cobijo editorial de la Universidad Mesoamericana de Puebla (UMA), y con ello vienen a mi mente una serie de reflexiones que le quiero compartir.
Elegí el título como lo ve usted arriba, porque quise remarcar lo que le expliqué por este mismo medio en diciembre del año pasado: “Educar(se)es una contracción que he usado para subrayar la cualidad de ida y vuelta de los fenómenos formativos de los seres humanos, es decir, que todos en la medida que contribuimos en la formación del otro, de los otros, también lo hacemos en y para uno mismo… para nosotros”.
Pero la primera parte del título no acaba ahí, veamos lo que en su momento le dije: “Si contrastamos la contracción educar(se) con la luz, en una analogía del campo de la Física, estaríamos refiriéndonos a una situación similar a la de un haz de luz proyectado a un espejo con ángulo de incidencia y de reflexión igual a cero, en consecuencia el haz retornaría al punto de emisión”. La analogía de la Física complementa y expande lo que pude haberle transmitido en el párrafo anterior.
La segunda parte del título evoca las grandes líneas abordadas en los encuentros internacionales sobre educación, en especial el esfuerzo de síntesis que de alguna manera orientó muchos de los esfuerzos educativos de los primeros años del siglo XXI, me refiero al informe a la UNESCO presentado por la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors, titulado:La educación encierra un tesoro.
Al igual que La educación encierra un tesoro, Educar(se). Aportes a la educación para el siglo XXI es una compilación de artículos sobre educación. Aquel es una compilación de escritos de diversos especialistas; éste es una colección de algunos de mis escritos más representativos sobre el área educativa publicados principalmente el año pasado, textos breves que abordan situaciones presentes y contemporáneas, que van desde un ejercicio para dirimir la diferencia esencial entre educación continua y educación permanente, hasta la referencia y análisis de cómo aprender colectivamente en contextos marcados por la violencia y la inseguridad.
Visto como un todo, el libro Educar(se) abona a un elemento que resulta a veces árido en la educación formal: el planteamiento de líneas de investigación a problemas añejos y otros neonatos, pero con una visión que es producto de la combinación de otras ciencias y disciplinas como lo son el Periodismo, la Física, la Literatura, la Informática y otras más.
Por otra parte, y amén del contenido en sí de cada uno de los artículos que dan vida a Educar(se), en él encontrará elementos característicos de mis publicaciones, como lo son la participación de otros talentos: del artista Arturo López con su obra gráfica en portada, de la fotógrafa Clara Molinicosy del artista plástico Fernando Espinoza “Geometreo”, así como los comentarios de la periodista Mireya Ramírez y del investigador independiente Fernando Acosta.
Educar(se), se fue construyendo poco a poco, con las escritos dos veces por semana, con el espacio que fraternal y solidariamente nos conceden los medios electrónicos e impresos, con la crítica de nuestros avezados lectores, con la empática orientación de los amigos, con la paciencia de mi familia, en fin.
Tiene razón el doctor Salvador Calva Morales, rector de la UMA, al afirmar que “cuando la visión de superarnos siempre y trascender permea todo lo que hacemos, entonces el día a día cobra una dimensión inconmensurable”, esa es la aportación de Educar(se): hace visible líneas para progresar social e individualmente.
Por ello, cuando me pregunté¿por qué publicar Educar(se). Aportes para la Educación del Siglo XXI?me respondí: ¿Por qué no?