22-11-2024 07:32:59 PM

Apariencia y otredad

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En un mundo que se mueve a partir de lo que cada uno percibe y que esencialmente asume como verdad lo que captan los sentidos,es de vital importancia detenerse a reflexionar sobre la apariencia y la valía de los espacios y personas que nos orillan a darnos cuenta de la “verdadera realidad”.

opinion07La “verdadera realidad”, afirman pensadores de todas las culturas es como un despertar, que una vez manifiesto en nuestro ser nos hace caer en cuenta que la vida es como un sueño,del cual hay que tratar permanentemente de despertar para transformarnos.

Por otra parte, siendo el hombre un ser eminentemente social es muy importante reconsiderar nuestras relaciones, sobre todo a la luz del cambio que representa el hábito de “despertar” de la realidad que crean nuestros sentidos.

Dos hombres divididos por poco más de un siglo, por su ideología y por su nacionalidad confluyeron en una arista del fenómeno que venimos bosquejando.

El filósofo, político y escritor italiano, Nicolás Maquiavelo,  alguna vez se refirió así al comportamiento humano y en relación con lo que aparentamos: “Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”.

Por supuesto Maquiavelo se refiere a un binomio interesante: ser y apariencia, el verdadero ser como accesible a unos cuantos y una parte de la apariencia con acceso para todos.

Digo que es sólo una parte de la apariencia, porque como la historia nos ha demostrado, hay mecanismos, sujetos y grupos perversos que presentan niveles de apariencia, para que en caso de que se logre descubrir un nivel, entonces emerjan otros estratos más profundas de fingimiento que encubran la verdad.

Posteriormente, el escritor y militar francés François de La Rochefoucauld, sostuvo que: “Estamos tan acostumbrados a disfrazarnos para los demás, que al final nos disfrazamos para nosotros mismos”.

En la cita de La Rochefoucauld nos permite detenernos en el autoengaño en el que incurrimos cuando estamos tan acostumbrados a encubrirnos frente a los otros, de tal manera que terminamos por ser víctimas engañadas por nuestras propias creaciones.

Tanto Maquiavelo como La Rochefoucauld, y muchos otros, dejan entrever la relevancia de la otredad para entender la realidad propia y caer en estados de mayor profundidad del conocimiento del mundo.

Si el reconocimiento de la otredad permite identificar lo que no somos, pero que mantiene lazos con nuestros ser y a su vez afecta mi realidad y lo que verdaderamente soy, entonces es de gran valor la conformación de espacios construidos con otros seres interesados también en la búsqueda de la verdad.

Cuando confluyen individuos con el interés de ir más allá de la apariencia y de develar los mecanismos que confunden y endiosan a nuestros sentidos, y aunado a ello experimentan los beneficios de la otredad, entonces estamos a punto de presenciar cambios en todos los ámbitos del quehacer humano, es decir el “despertar”.

A la luz de todo esto es comprensible la preocupación global de los grandes consorcios para que mujeres y hombres de todas las edades y de todas las nacionalidades no “despierten” y continuemos fragmentados, aislados, para que como autómatas sigamos los dictados de la moda, del deporte/comercio, de la televisión, de la “democracia” y cada vez más del Internet como alienación.

Vale la pena aprovechar las amistades sinceras y a quienes con honestidad piensan distinto a nosotros, porque nos permiten experimentar la otredad y caer en la cuenta de los artificios de la apariencia, que nos enajena de nosotros mismos.

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