-¿Qué?-, dice el hombre, cínico.
-¡Pues qué de qué!- responde la mujer.
Desafiante y sorprendido, él contesta:
-¡Pues qué de qué de qué! –
-¡Pues qué de qué de qué de qué! –
-¡Pues qué de qué de qué de qué de qué, de qué!-
-¿Por qué llegas tan tarde?-
-¡No me cambies el tema!-